Francina Hungría, la profesional dominicana que perdió la vista el año pasado durante un atentado criminal en la ciudad de Santo Domingo, visitó al cónsul Oscar Amaury Ríos, a quien le expuso las labores que realiza a favor de sus compueblanos discapacitados.
La ingeniera Hungría acudió donde el representante dominicano en compañía de Leslie de la Mota, dominicana residente en esta ciudad, con quien hizo una estrecha amistad desde que fue trasladada aquí tras el incidente el 23 de noviembre del 2012, para tratar de salvarle uno de sus ojos en varios centros especializados, entre ellos en la clínica del doctor Salomón Melgen.
Francina recibió un balazo en la cara durante el atentado que prácticamente la dejó ciega de ambos ojos, hecho que conmovió la sociedad dominicana. Ha ido superando su situación pues durante su tratamiento, la dinámica profesional aprendió el alfabeto especializado Braille y otras técnicas que le permiten desenvolverse tanto en su oficio como en otras actividades de tipo comunitarias en las que se ha ido involucrando.
De sus labores a favor de los discapacitados criollos se han obtenido varios logros, entre ellos el de la introducción en el código de dotación de los edificios públicos del Estado dominicano de rampas especiales.
En tanto que se debate desde hace meses en la opinión pública nacional el posible desarme de la población, propuesta también hecha en su momento por la ingeniera Hungría.
Por su lado, el cónsul Ríos le dio la bienvenida a la profesional dominicana a la que también visitó durante su primera estadía en esta ciudad y le auguró éxitos en sus iniciativas por el dinamismo y la singular inteligencia demostrada en cada una de ellas, favorables para las personas que por una u otra razón, como ella, han perdido alguna de sus facultades físico-motoras.
