La doctora Charitín Ramírez, anestesióloga del hospital San Bartolomé, de Neyba, fue encontrada muerta la madrugada de este vienes, por compañeros de trabajo.
Para atentar contra su vida la profesional de unos 38 años, se encerró en la sala de cirugía, donde se inyectó un medicamento que, aparentemente, le provocó la muerte.
La doctora Ramírez, oriunda de Barahona, estaba de servicio, pero a las doce de la noche, sus compañeros advirtieron su ausencia y cuando se acercaron al cuarto de anestesiología, notaron que estaba cerrado por dentro.
Al entrar encontraron su cuerpo aun con la jeringa inyectada en la parte superior de una pierna.
El médico legista, Freddy Medina, confirmó que falleció a consecuencia de una sobredosis de medicamento, pero no especificó el tipo de sustancia. El cadáver fue enviado a Patología Forense, en Azua, para los fines de lugar.
