El bocio: la inflamación de la glándula tiroidea

Los problemas de tiroides son hereditarios y más frecuentes en las mujeres que en los hombres. Uno de los trastornos derivados es el bocio, siendo la alteración de la glándula tiroidea más conocida. Puedes aprender más información al respecto en el siguiente artículo.
 
Tiroides: preguntas y respuestas
Contar con buena información en relación a esta glándula es el primer paso para la prevención. Aquí algunas preguntas y respuestas al respecto:
 
¿Qué es la tiroides y cuál es su función en el organismo?
Es una glándula que pesa 20 gramos y se aloja en la base del cuello, a los laterales de la traquea. Su función es sintetizar, almacenar y liberar dos hormonas, la tiroxina (T4) y la triiodotironina (T3). Estas son capaces de contribuir a un adecuado funcionamiento de las células.
 
¿Cuáles son las enfermedades más frecuentes que se relacionan a la tiroides?
El bocio, que es un aumento del tamaño de la glándula. La mayoría de los nódulos que crecen son benignos, pero se requiere un estudio médico para determinarlo. Cuando los niveles de hormonas tiroideas disminuyen en la sangre se llama hipotiroidismo y cuando aumentan, se conoce como hipertiroidismo. Es válido decir que no todos los que tienen problemas de tiroides presentan bocio.
 
¿Cuáles son los síntomas de los trastornos de la glándula tiroidea?
Los nódulos se manifiestan como bultos en el cuello, los puede descubrir el paciente al bañarse, afeitarse o maquillarse. Cuando tienen un tamaño considerable, producen dificultad para tragar o respirar y cambios en la voz.
Tiroides
 
¿Esta patología afecta a toda la población por igual?
 
Los problemas en la glándula tiroides son más frecuentes en los hombres, en una relación de 6 a 1. Es más probable también que ocurran después de la menopausia femenina o luego de los cuarenta años.
 
¿Qué factores de riesgo se asocian a los trastornos en la glándula tiroidea?
Los nódulos pueden aparecer más en las áreas con poco yodo, cuando hay antecedentes en la familia, cuando hubo tratamientos con rayos en el cuello durante la infancia, por aumento de peso, cuando hay enfermedades autoinmunes como el vitiligo, diabetes tipo 1, psoriasis, artritis reumatoidea. Para que se originen, son precisos los desencadentantes externos tales como el estrés, el tabaquismo, las infecciones bacterianas o virales, tratamientos con algún fármaco en particular o una sobrecarga excesiva de yodo en un corto período.
¿Qué tratamientos están disponibles en la actualidad?
 
Los nódulos benignos se analizan cada 6 o 12 meses, según lo que considere el endocrinólogo. Se puede intentar reducir su tamaño con un tratamiento quirúrgico. En el caso de pacientes con hipotiroidismo, se prescribe la ingesta de levotiroxina, un sustituto de la hormona tiroidea y en los que pacede hipertiroidismo, metimazol. Es válido destacar que los que no fuman o son tratados de forma temprana tienen más posibilidades de curarse completamente de esta enfermedad.
 
Características sobre el bocio
Como se dijo anteriormente, el bocio es la alteración más frecuente de la glándula tiroidea. La característica principal es el aumento de tamaño del cuello, que se detecta a simple vista. Según la manera en que afecte a la tiroides, se pueden encontrar dos tipos de bocio:
 
difuso: cuando se agranda de manera uniforme
 
nodular o multinodular: cuando el aumento es irregular o bien en uno o más nódulos
Estos nódulos pueden ser pequeños y crecer lentamente, generando molestias en el cuello, dificultad para respirar o tragar, compresión o hasta disfonía. Los síntomas pueden ir acompañados de efectos secundarios tales como un exceso en la producción de las hormonas tiroideas, piel gruesa, sensación de frío, estreñimiento, etc.
 
 
Las anomalías que pueden derivar en bocio pueden ser variadas, aunque en su mayoría están relacionadas al déficit de yodo en la alimentación. Esto hace que la tiroides tenga que fabricarla por medio de sus hormonas. La glándula hipófisis segregará más TSH (una hormona) para aumentar su función y su tamaño.
 
Otras dos causas del bocio son:
 
Tiroiditis de Hashimoto: es una inflamación crónica y necesita de un tratamiento con tiroxina.
 
Enfermedad de Graves-Basedow: ocurre cuando el sistema inmune produce anticuerpos que estimulan la tiroides. Los TSI limitan el efecto de la TSH, ocasionando hipertiroidismo y aumento de la glándula.
 
El diagnóstico de bocio se realiza palpando el cuello. El médico evalúa el aumento de los nódulos, la sensibilidad y busca signos de compresión de órganos: disfagia (dificultad para la deglución), disfonía (trastornos en la voz) o disnea (problemas para respirar). En algunas ocasiones, una ecografía glandular permite ver si hay uno o más nódulos y se puede pedir un estudio microscópico de las células de dichos bultos. A su vez, una buena manera de diagnosticar el bocio es con análisis de sangre, punción con aguja fina o gammagrafía tiroidea.
 
 
El bocio puede mantenerse del mismo tamaño por mucho tiempo o extender su tamaño regularmente. Puede también provocar hipertiroidismo, es decir, una secreción excesiva de hormonas tiroideas.
 
El bocio simple se presenta en las personas que viven en zonas donde el yodo no es abundante, tanto en el suelo como en su alimentación. El uso de sal de cocina yodada prevendría la aparición de bocio, aunque no está confirmado. Los grupos de personas con más posibilidades de padecer bocio son: las mujeres, los que tienen antecedentes familiares, los mayores de 40 años.
 
El tratamiento del bocio abarca: pastillas para suplementar la falta de hormona tiroidea, dosis pequeñas de yodo o yoduro de potasio; yodo radiactivo para encoger la glándula o cirugía para extirpar la glándula.

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