Santiago.- En el camino de lograr un crecimiento urbano sostenible para cualquier ciudad del mundo existe una serie de desafíos que fueron citados por el experto español Tomás Orbea Celaya, y entre los que se encuentran las dificultades con los asentamientos informales, los desastres naturales, la movilidad y el transporte urbano, el acceso al agua, el saneamiento, la contaminación y la inseguridad, problemas que también afectan a las principales urbes de la República Dominicana.
Orbea Celaya, director general de Código Green, una organización dedicada a la “transformación productiva sostenible”, y evaluador de políticas públicas, fue invitado por el Ministerio de Administración Pública (MAP) para dictar varias conferencias, una de las cuales tuvo lugar este miércoles en Santiago, provincia que busca convertirse en un modelo a seguir en la región centroamericana y del Caribe en cuanto a la calidad de los servicios que prestan las instituciones públicas de ese territorio.
Antes de la presentación del experto, el titular del MAP, licenciado Ramón Ventura Camejo, destacó la trascendencia de que el Estado dominicano, a través de una gestión pública de calidad pueda convertirse en un efectivo factor de cambio para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, no sólo proveyéndola de servicios públicos de excelencia, sino también garantizando un entorno urbano adecuado y sostenible.
De acuerdo con la exposición del especialista, tomando como modelo el proceso de transformación de las ciudades Bilbao y Vitoria, del País Vasco, en España, primero es necesario realizar un diagnóstico y diseñar un plan de crecimiento urbano sostenible, que incluya elementos como la priorización, el impacto, la factibilidad, la oportunidad y la financiación.
Además, no menos importante es el desarrollo de mecanismos de monitoreo, que incluyan un sistema de gobernanza, así como la coordinación intragubernamental, el enfoque integral urbano y la profesionalización y democratización de la función pública de las entidades del Estado.
El experto español recordó que la población urbana en todas las naciones de América Latina ha experimentado un aumento sostenido, generándose nuevas áreas metropolitanas de grandes dimensiones que requieren de nuevos mecanismos institucionales, y en las que una planificación integral puede reducir el efecto de los desastres naturales y hacer las ciudades más resistentes y habitables.
Sin embargo, según Orbea Celaya, la densificación urbana también presenta sus ventajas, “ya que la concentración de personas permite aplicar soluciones técnicas duraderas a un menor costo”. En este sentido, destacó la necesidad de establecer un “partenariado” público –privado para asegurar el consenso político, y también social.
Durante su explicación, el director general de Código Verde detalló que la movilidad y el transporte urbano son dos elementos fundamentales, pues existe una notoria correlación entre una movilidad limitada, los asentamientos informales, y como consecuencia, la exclusión social. “Estas son limitaciones para usar la ciudad, y acceder a un empleo, a la educación y a los servicios sociales”, resaltó.
Otro tanto sucede –aclaró-, con la energía, porque no hay sostenibilidad sin generación de riqueza y empleo y para ello se requiere energía disponible y asequible. “Actualmente su impacto ambiental es muy alto y los recursos energéticos están desigualmente distribuidos en la región”, expresó.
Asimismo se refirió a la desigualdad en el acceso a agua potable, al saneamiento, a la deficitaria tasa de producción de viviendas y, por supuesto, al tema de los residuos sólidos, señalando que existe una insuficiencia en la gestión integral de los residuos sólidos, lo que afecta la calidad de vida de los habitantes en las ciudades.
