Cómo tratar la ciática con recetas caseras

El nervio ciático es el más largo del cuerpo. Comienza en las vértebras lumbares y se extiende por la cara posterior del muslo, las piernas y termina en el talón del pie. El dolor que “viaja” por toda esta “carretera”, se conoce como ciática. Conoce en el siguiente artículo cómo tratar la ciática con recetas caseras.
 
Qué saber sobre la “ciática”
Los dolores o problemas de ciática se presentan cuando existe una presión en el nervio homónimo, ya sea por una lesión en las vértebras lumbares, las contracturas en los músculos cercanos o las inflamaciones del nervio (conocido como neuritis). El dolor puede tomar manifiesto de diferentes maneras:
 
Hormigueo ligero en los pies
Calambres, espasmos o dolores desde la cadera hasta la rodilla
Sensación de agujeta o entumecimiento
Dolor del tipo “descarga eléctrica” en las piernas que puede ir cambiando de posición
Dolor severo que no permite caminar normalmente
 
¿Quiénes son las personas que tienen más riesgo de padecer problemas de ciática?
 
Los que padecen artritis u osteoporosis
Los que fuman
Los que levantan objetos muy pesados continuamente (por ejemplo en su trabajo o actividades deportivas)
 
Remedios caseros para el dolor de ciática
Si bien es cierto que los dolores intensos deben ser un suplemento para los tratamientos prescriptos por un médico, cuando recién comienzan los síntomas se pueden aprovechar las bondades de los remedios populares para el dolor de ciática. Los más eficaces son:
 
Cocina 4 patatas y machácalas hasta hacer un puré. Extiende el puré en un paño limpio y grande y luego aplica como si fuera un emplasto sobre la región lumbar adolorida. Fija bien con una cinta para que no se mueva. Mantén así hasta que se enfríe. Repite varias veces al día.
 
Corta por la mitad una cebolla y con la parte interna masajea con círculos suaves, por la zona afectada, durante unos 10 minutos aproximadamente. Repite esto a la hora y media o a las dos horas, en caso de ser necesario (puedes utilizar la otra mitad restante).
 
Aplica varias hojas de col calientes sobre el área adolorida. Deja puesto hasta que pierda el calor.
 
Prepara un cataplasma hecho con lúpulo. Hierve esta hierba durante diez minutos y envuelve en una gasa en el área que duele. Aplica lo más caliente que puedas resistir, pero que no te llegue a quemar. Cubre con un paño de lana para que el calor se conserve mejor. El agua de esta preparación la puedes guardar para humedecer nuevamente (no olvides calentarla).
 
Realiza un masaje en la ciática con una mezcla hecha con dos cucharadas de aceite de sésamo y una cucharadita de jengibre molido.
 
Masajea el área con suaves movimientos en círculo, utilizando aceite de semilla de linaza o aceite de pescado.
 
Bebe una infusión de valeriana o pasionaria (también conocida como pasiflora) para fomentar la relajación de los músculos que rodean la ciática, sobre todo cuando está causada por contracciones que presionan el nervio.
 
Corta 50 gramos de raíz de rábano fresco, lava bien sin pelar y añade a un litro de vino blanco. Deja reposar durante tres semanas, filtra y bebe dos vasos al día, después del almuerzo y la cena.
 
Vierte en una taza con agua hirviendo dos pizcas de anís, dos de mejorana, dos de romero y dos de menta. Deja reposar por cinco minutos y bebe antes de dormir.
 
Hierve en medio litro de agua durante quince minutos una corteza de sauce pequeña. Cuela para eliminar sedimentos y bebe una taza cada ocho horas. Calmará el dolor debido a la salicina.
 
Coloca en un litro de agua una cucharada de tomillo, una de ortiga verde y una de orégano. Hierve durante 15 minutos, apaga el fuego, deja reposar cinco minutos y cuela. Bebe dos veces por día.
 
Hierve por cinco minutos un puñado de romero en medio litro de agua. Retira y expone un paño a estos vapores. Luego empapa con vinagre la tela y frota en las zonas adoloridas.
 
Vierte en 300 cm3 de agua un puñado de salvado y otro de hierbabuena, bate con mucha fuerza. Calienta durante 8 minutos. Embebe un paño o un algodón y aplica sobre el área afectada, dejando actuar por una hora.
 
En una taza de agua hirviendo vierte una cucharadita de muérdago en polvo. Tapa y deja macerar toda la noche. A la mañana siguiente caliente nuevamente y coloca como compresa en la zona afectada.
 
Mezcla en un litro de aceite de oliva, 150 gramos de caléndula, 100 gramos de llantén y 200 gramos de hipérico. Hierve a fuego lento durante cuatro horas. Deja enfriar, cuela y conserva en un frasco de vidrio con tapa herméticam, fuera del alcance de la luz, durante un mes. Aplica con masajes suaves en los lugares donde duele por el ciático.
 
Vierte un puñado de hojas de pino lavadas en una botella de vino. Macera durante siete días y luego añade una cucharada de miel. Bebe por 40 días seguidos antes de dormir.
 
Realiza un zumo de patatas mezclado con zumo de apio o de remolacha o de zanahorias. Bebe cada día un vaso.
 
El agua es una buena alternativa para aliviar los dolores de ciática ya que incrementa la circulación de sangre.
 
Mezcla dos dientes de ajo machacados con media taza de leche tibia y bebe dos veces al día durante una semana seguida. Ten cuidado con el ajo porque no se aconseja en los pacientes que consumen anticoagulantes, padecen úlceras o tienen problemas de hemorragias.

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