La influencia que ejercen los medios de comunicación sobre la sociedad es indiscutible. La televisión desde hace décadas ha ido tejiendo unos modelos o estereotipos que son asumidos por la colectividad como un patrón de conducta.
De ahí que se haya definido un estándar de belleza, uno donde las mujeres deben tener figuras esbeltas de proporciones perfectas, forzando con ello a las no tan beneficiadas por la naturaleza a someterse a toda clase de cirugías estéticas.
Con el raudo giro de los tiempos, los cambios en el sistema de la comunicación han sido notorios. El mismo ha traído consigo que un gran porcentaje de los futuros profesionales recurran a un ciclo de preparación para cumplir con los requisitos que demandan las nuevas estructuras de la pantalla chica en este siglo XXI.
Es un hecho que la imagen difundida por este medio del canon de perfección en las pasarelas de moda más prestigiosas internacionalmente, se convierte en el modelo a seguir por millones de jóvenes en todo el mundo. El mismo se impone como un estereotipo de encanto y aprobación social.
Por tanto, quien no se ajusta al patrón difundido por los medios está fuera del círculo de las oportunidades a nivel social, económico, etc.
Dicho todo esto, se preguntarán qué tiene que ver esto con los jóvenes, en especial del sexo femenino, que se integran al sistema Superior de Educación en el país.
Abrumadora diferencia
Investigaciones anteriores han demostrado que sólo un 10% de los jóvenes que ingresan a la carrera de Licenciatura en Comunicación Social está representado por el sexo masculino, en su mayoría ya como egresados laboran en prensa escrita, radio y en el menor de los casos en algo que no tiene que ver con el área de la comunicación. Por tanto el número restante está encabezado por el sexo femenino, las cuales ingresan a la universidad con marcadas preferencias hacia la televisión, con el propósito de proyectar su imagen, llegando al punto de visualizarse hasta como “Megadivas”.
“El exhibicionismo ha afectado la vocación”, sentenció el señor Dagoberto de Jesús, quien nos concediera su parecer acerca de la televisión de hoy día.
El mismo se refirió a la cantidad de programas en los cuales presentan una serie de mujeres figurando como modelos y que la parte educativa aparentemente ya es cosa del pasado.
“Actualmente, muchos no estudian por vocación, sino por lo que rente más; entonces, yo como productor, si lo que vende es presentar una serie de mujeres dando golpes de cintura, eso proyecto, sin pensar en la parte educativa y familiar del país” puntualizó De Jesús.
Es por ello que la falta de regularización de las parrillas programáticas ha generado desaciertos en gran parte de la población y, por lo tanto, se aboga por una metodización en los medios audiovisuales y que los nuevos talentos no sólo se enfoquen en proyectar su imagen, sino en contribuir con el desarrollo educativo de la nación.
