El exvicepresidente de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), Celso Marranzini, defendió su honradez frente a esa entidad, y dijo que una abstención de opinión de los auditores no quiere decir que haya habido dolo, ni distracción de fondos públicos.
El empresario indicó que está a disposición de rendir cuentas ante cualquier instancia.
El pasado jueves, la presidenta de la Cámara de Cuentas, Licelott Marte de Barrios, anunció en rueda de prensa que se realizan varias auditorías a ayuntamientos y otras entidades públicas, incluyendo a la CDEEE, donde según afirmó “había problemas” e irregularidades en la auditoría hecha por una firma privada de auditores.
“A quienes han querido pescar en mar revuelto, sin tener la más mínima capacidad de leer e interpretar un estado financiero, debemos decirle que la abstención de auditores independientes a emitir opinión por mero asunto técnico o de procedimientos- no se traduce en dolo ni en distracción de fondos públicos”, explicó Marranzini en una comunicación enviada a los medios.
Advirtió “a quienes manipulan información para llevar la procesión por otra calle, que pierden su tiempo”, ya que los ‘cruentos ataques’ que ha sufrido durante y después de su gestión en la CDEEE, le han creado una ‘piel de cocodrilo’.
Aseguró que todo lo que hizo en la CDEEE es auditable y defendible, por lo que no se arrepiente de pagar el precio de haber llevado la decencia y la credibilidad a la empresa estatal.
Señaló que aunque la opinión pública decente de este país “sabe muy bien separar el trigo de la paja y detecta a quienes venden cada palabra que pronuncian o escriben”, se ve precisado a explicar que no resulta extraño ni sorprende que la auditoría aplicada a la CDEEE, a la que hace referencia Marte de Barrios, detectara inobservancias contables, pues se trata de un mal histórico que arrastraba esa empresa, como ocurre en múltiples instituciones estatales.
La auditoría referida por Marte de Barrios, fue solicitada por su gestión, con anuencia y seguimiento de la Cámara de Cuentas, a fin de contar con un diagnóstico integral y una carta de ruta que permitiera mejorar y transparentar las prácticas financieras y contables.
