La economía de Estados Unidos se contrajo en el primer trimestre a un ritmo mucho mayor a lo calculado previamente y registró uno de sus peores desempeños fuera de una recesión, pero el crecimiento parece haber repuntado enérgicamente en los últimos tres meses.
El Departamento de Comercio dijo que el Producto Interno Bruto (PIB), cayó a una tasa anual de un 2,9 por ciento, la mayor baja en cinco años, en lugar del 1,0 por ciento que se había informado en mayo.
«Es un reporte que da miedo. Suena preocupante, pero hay que tener en mente que el crecimiento del empleo ha sido de 200.000 por mes en los últimos cuatro meses», comentó el economista financiero jefe de Bank of Tokyo-Mitsubishi UFJ, Chris Rupkey, en Nueva York.
La actividad económica fue presionada por un invierno inusualmente frío, el fin de beneficios para desempleados de largo plazo y recortes a cupones alimenticios, lo que contuvo el gasto del consumidor.
Además, se vio afectada por una desaceleración del ritmo de reabastecimiento de bienes de las empresas.
Desde entonces, todos esos factores temporales se han disipado, lo que ha impulsado al crecimiento a inicios del segundo trimestre.
Los economistas pronosticaban que la revisión mostraría que la economía se había contraído a una tasa de un 1,7 por ciento. Debido a la fuerte baja, el crecimiento este año podría enfrentar dificultades para alcanzar un 2 por ciento.
Los inversores desestimaron el dato débil y compraban acciones estadounidenses. Los precios de los bonos del Tesoro de Estados Unidos subían al mediodía, mientras que el dólar se debilitaba marginalmente frente a una cesta de monedas.
