La F1 llega a la cita austríaca de Spielberg, o Red Bull Ring, con una situación un tanto agitada en el campo de utilización y gestión de motores, pues algunos pilotos han montado la cuarta unidad o incluso la quinta. Para este evento se espera una situación dinámica en este campo, con algunas novedades destacables.
El circuito de Spielberg, está situado a una elevada altitud, en torno a los 700 metros, similar a Interlagos, lo que en los motores de aspiración suponía una pérdida de oxígeno y en consecuencia una menor entrega de potencia. Se suele decir que se pierde 1% por cada 100 metros de desnivel, por lo que la pérdida se puede estimar en 8%. Un motor turbo no tiene esta pérdida de potencia, ya que se dan siempre las mismas presiones dentro del compresor, lo que garantiza que siempre haya la misma cantidad de oxígeno en el aire en el interior del motor. Los aficionados de la F1 siempre recordarán los días en los que los motores turbo sufrían en las salidas de las carreras en altitud como en Austria o Suráfrica. Por suerte, este año no se volverá a repetir este problema.
El consumo no será un problema debido a la corta distancia de vuelta y la elevada velocidad media. Las pocas curvas presentes en el circuito también implican que el motor no tendrá que frenar y acelerar durante muchas vueltas a lo largo de la vuelta, lo que incrementa el consumo.
