El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, dijo a oficiales del Ejército en la ciudad de Samarra que van a llegar voluntarios para ayudar a derrotar a integristas islámicos que han avanzado rápidamente por territorio suní hacia Bagdad.
«Samarra no será la última línea de defensa, sino un punto de reunión y de partida», dijo Maliki, al dirigirse a oficiales militares en la ciudad, ubicada unos 100 kilómetros al norte de la capital y de camino hacia Mosul, controlada por insurgentes.
«En las próximas horas, todos los voluntarios llegarán para dar apoyo a las fuerzas de seguridad en la guerra contra las bandas del Estado Islámico de Irak y Levante (ISIL). Este es el principio del fin para ellos», dijo Maliki, que es chií, en unas declaraciones retransmitidos por la televisión iraquí el sábado después de viajar a Samarra el viernes.
El clérigo chií más importante de Irak instó el viernes a sus seguidores a tomar las armas y defender al pais del avance de los grupos extremistas suníes, que tomaron el control de la ciudad de Mosul esta semana y desde entonces han avanzado hacia el sur.
Maliki dijo que el Gobierno le ha concedido poderes ilimitados para luchar contraa los combatientes de ISIL, y un portavoz del Ejército dijo que las fuerzas de seguridad han «recuperado la iniciativa» en varios frentes.
Durante su viaje a Samarra, Maliki visitó un venerado templo chií que fue bombardeado por radicales suníes en 2006, un ataque que desató una masacre sectaria que causó la muerte de decenas de miles de personas.
