El presidente colombiano y su contrincante de derecha empezaron el lunes a coquetear con sus rivales en busca de alianzas para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en las que se juega el futuro de las negociaciones de paz con la guerrilla.
Sin haber logrado la mayoría absoluta de votos necesaria para consagrarse en primera vuelta, el opositor Oscar Iván Zuluaga se impuso en los comicios del domingo con un 29,25 por ciento de los sufragios sobre el 25,69 por ciento del mandatario Juan Manuel Santos. Los dos se volverán a medir el 15 de junio.
Ambos son antiguos compañeros de gabinete y coinciden en sus propuestas socioeconómicas, pero tienen propuestas opuestas para acabar con medio siglo de conflicto con la guerrilla, que ha dejado más de 200.000 muertos y millones de desplazados.
Mientras Santos mantiene desde hace un año y medio negociaciones de paz con las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y quiere firmar un acuerdo para poner fin al conflicto, Zuluaga amenaza con mano dura, suspender el diálogo y llevar a los jefes rebeldes a prisión.
La única concesión que Zuluaga parece inclinado a hacer es reducir las penas. El lunes dijo que estaba dispuesto a que los rebeldes sólo cumplieran seis años de prisión por sus delitos.
Pero los dos candidatos estarán más preocupados durante las próximas tres semanas en seducir a los postulantes que quedaron en el camino para tratar de canalizar su caudal de votos y así asegurarse la presidencia.
«Esperamos el apoyo de millones de colombianos de otros sectores de opinión que votaron por los otros candidatos y esperamos con el transcurso de los días poder incorporar a nuestra campaña ciudadanos de otros partidos políticos», dijo Zuluaga en una conferencia de prensa.
Santos, con una plataforma de centro derecha, fue incluso el primero en pedir apoyo a los electores y a sus rivales.
