La impaciencia con el Gobierno de Venezuela está creciendo por su «fracaso total» para demostrar buena fe en los diálogos para resolver la crisis que vive el país, dijo el secretario de Estado estadounidense, John Kerry.
En declaraciones a medios durante una visita a Ciudad de México, Kerry agregó que tiene la esperanza de que no sea necesario imponer sanciones a Venezuela, pero que «todas las opciones se mantienen sobre la mesa».
«El poder está en manos del Gobierno y el Gobierno debe ejercer ese poder de manera responsable a fin de tener la opción de crear estabilidad y un camino para el futuro de Venezuela», dijo Kerry en una conferencia de prensa.
Desde que las manifestaciones contra el Gobierno del presidente Nicolás Maduro comenzaron en febrero, han muerto 42 personas y más de 800 han resultado heridas. Unas 3.000 personas han sido arrestadas, con más de 200 aún en prisión.
El malestar social ha desatado la peor ola de violencia en Venezuela en una década y resaltado los graves problemas económicos del país socio de la OPEP, donde hay una galopante inflación y una escasez de productos básicos.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, el heredero político del desaparecido mandatario Hugo Chávez, ha criticado las amenazas de sanciones de legisladores de Washington, a quienes describe como «los imperialistas elitistas del norte».
El diálogo entre el Gobierno de Maduro y representantes de la oposición venezolana para resolver la crisis se ha estancado.
Los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) dejaron Venezuela esta semana sin lograr avances en el diálogo, sembrando dudas sobre el futuro de las conversaciones para terminar con la crisis política en el país petrolero.
