Existen muchas razones por las cuales las personas no siempre usan gafas. Tal vez no les gusta como se ven con ellas, tal vez son objeto de burlas o sencillamente se sienten más cómodas sin ellas.
Sin embargo, más allá de la comodidad y la estética, hay quienes temen que el uso frecuente de las gafas debilite su vista y que terminarán dependiendo de ellas con más frecuencia que la primera vez que las usaron.
Un estudio realizado en Nigeria que se publicó el año pasado reveló que el 64% de los estudiantes creen que el uso de gafas puede causar daños a los ojos. Una investigación en el estado indio de Karnataka situó la cifra en el 30% y en Pakistán, el 69% de las personas que piensan de la misma manera. En Brasil, incluso el personal médico cree que los ojos se debilitan progresivamente como consecuencia del uso de gafas.
¿Existe alguna evidencia que indique que tienen razón?
De dónde sale el mito
Hay dos razones muy distintas por las cuales las personas usan gafas: la dificultad para ver de lejos o miopía, cuando los objetos lejanos se ven borrosos, y la dificultad de ver de cerca o hipermetropía, cuando los objetos cercanos no se pueden enfocar.
La dificultad para ver de cerca se relaciona normalmente con la edad: muchas personas que se encuentran entre los 40 y los 50 años empiezan a notar que tienen dificultades para leer con poca luz.
A medida que envejecemos, el cristalino de nuestros ojos se endurece gradualmente, lo que hace que resulte más difícil que se ajuste a diferentes distancias.
Cuando las personas llegan a la etapa en la que sus brazos no son lo suficientemente largos para sostener un libro o un menú a una distancia necesaria para poder centrarse en el texto, optan por el uso de gafas para leer.
Lo que sorprende es que se han realizado pocos estudios sobre el efecto prolongado del uso de lentes. Y, por lo que sabemos, no existe evidencia concluyente de que el uso de gafas para leer afecte la vista.
Entonces, ¿por qué tantas personas están convencidas de que las gafas han empeorado su vista?
Es posible que las personas dependan cada vez más de sus gafas, pero esto se debe a que el cristalino se ha seguido deteriorando con la edad.
Y, al darse cuenta de que necesitan sus gafas con mayor frecuencia, concluyen que las gafas han empeorado su vista, cuando en realidad, no hay ninguna relación causal.
La decisión de si usar gafas para leer o no, no incidirá de modo alguno en la vista a largo plazo (aunque si usted tiene que forzar la vista para leer, podría tener dolores de cabeza o sentir irritación en los ojos).
Visión corregida
Sin embargo, la situación no es igual con los niños.
El hecho de no usar las gafas adecuadas o de no usarlas en absoluto si son necesarias, puede tener un impacto a largo plazo.
Durante varias décadas se pensó que una corrección insuficiente de la miopía, al proporcionar a los niños gafas de menor graduación que las que realmente necesitaban, podría retrasar la elongación del globo ocular con el tiempo y, por lo tanto, disminuir la progresión de la miopía.
La idea era que si se usaban gafas para poder ver con claridad en la distancia, el globo ocular trataba de alargarse a sí mismo cuando la persona se concentraba en un objeto cercano con el fin de verlo correctamente.
Pero una prueba realizada en Malasia en 2002 demostró que esta hipótesis era tan errónea que tuvo que interrumpirse un año antes.
A cada uno de los integrantes de un grupo de 94 niños con miopía se le asignó aleatoriamente el uso de las gafas adecuadas para su prescripción o el uso de gafas que los dejaban con algún grado de miopía.
Al comenzar el estudio, los niños tenían edades comprendidas entre los 9 y los 14 años y se midió la longitud de sus globos oculares en intervalos regulares durante los siguientes dos años.
A diferencia de un estudio previo más pequeño realizado en los años 60, los niños que usaron las gafas de menor graduación mostraron una mayor elongación del globo ocular con el tiempo. En otras palabras, su vista estaba empeorando de forma gradual. BBC
