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Bosch: “Conocí a doña Carmen de forma rarísima”

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Cuando iba a escribir sobre lo que el profesor Juan Bosch llamó “la forma rarísima” cómo en su exilio en Cuba se encontró por primera vez en 1941 con una muchacha de belleza sin igual, Carmen Quidiello, me ocurrieron dos cosas jocosas.
 
Primero conversaba con un periodista amigo de la Revolución Cubana sobre la prolífica vida de doña Carmen y que cumplía 99 años el 29 de abril y éste me dijo que es asombrosa la grandeza y lucidez de la dama. Bromeó diciéndome que los cubanos son tan longevos que deciden cuándo morirse.
 
Lo segundo es que en un reportaje del desaparecido periódico El Siglo aparece una foto de doña Carmen, joven y bella, que fue el centro de discusión sobre la belleza de la mujer de ayer y la de hoy.
 
Fue en la fotocopiadora donde acudimos a reproducir el trabajo periodístico. Observando la foto de doña Carmen, un grupo de hombres decía que la mujer de ayer era más linda porque antes no existían las cirugías y otros recursos que utilizan las mujeres actualmente. Sostienen que la mujer de antes tenía una belleza natural, “sin nada de trucos”.
 
Esa belleza fue la que deslumbró a Bosch, joven cuentista dominicano, cuando por esos azares de la vida, el 26 de septiembre de 1941 conoció a Carmen. “Como a tantas cosas en la vida, la encontró sin pensarlo…y hace decir (a Bosch) con sonrisa y rubor de adolescente: tampoco pensé que iba a encontrar una mujer como doña Carmen y la encontré de una forma rarísima, rarísima”, escribe Margarita Cordero.
 
Bosch, un viajante visitador a médicos, esperaba el autobús en la parada de la ciudad de Coliseo, provincia de Matanzas y se distrajo leyendo un artículo suyo que había publicado el periódico cubano Avance. Dejó pasar el autobús de las cinco.Cordero, haciendo gala de una redacción impecable, realizó una extensa entrevista a Bosch en el desaparecido periódico El Siglo. Se publicó el lunes 26 de junio de 1989.
 
“Yo tuve que esperar la de las seis, porque era una por hora, y esa guagua salía de Varadero; de Varadero iba a Cárdenas; de Cárdenas, a Coliseo y de Coliseo a La Habana”, cuenta Bosch.
 
Al abordar la siguiente guagua, dice Cordero en su reportaje que por “magia, tal vez”, había un solo asiento desocupado. Era el segundo detrás del conductor. En el primer asiento iban dos mujeres. Una de ellas era Carmen. “Así fue como la conocí”, añade Bosch.
 
“Nos casamos el 30 de junio de 1943. Escogí la fecha de mi nacimiento (en 1909) para casarme con ella porque me dije: con esta mujer renazco yo. Yo cumplo años ese día, pero también cumplimos años de casados. Cada año un doble cumpleaños”, indica el profesor Bosch. La pareja fue inseparable hasta la muerte del ex presidente Bosch, el 1 de noviembre de 2001.

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