¿Cuántas diferencias hay en la vida? ¡No lo sé! A veces siento que la vida se me viene encima por todos los sinsabores que experimento y no basta escribir, llorar o reír para alejar los vientos cargados de emotividad que me dejan sin aliento y sin razón de ser. Es en momentos como este que la existencia tiene sentido o al revés, no lo sé. Lo que sí sé es que en esos instantes de deseo y placer, cualquiera cambiaría todos los sucesos pasados y por venir, que nos hacen sentir tan vacíos, solos y angustiados. Escribo no porque quiera escribir sino porque es la única forma de expresar y calmar mi mundo interior sin estallar. Porque puedo decir sin callar todo lo que me viene a la mente, porque me hace salir momentáneamente de mi shock o de mi sinsentido, la verdad no sé por qué escribo.
Justo ahora, en esta etapa de mi vida, donde vivir significa valorar y disfrutar de todo lo que me sucede, no logro hacer la síntesis de mi vida. Es que busco demasiado y encuentro tan poco o tal vez no veo lo mucho que hay en lo poco, es probable que lo poco tenga su grandeza como lo mucho su pequeñez. Lo cierto es que siempre estoy esperando algo más y no puedo aceptar que nadie es culpable por mi desdicha y que nadie puede hacerme sentir mal, ¡bueno, no del todo! Vivir tiene su ventaja, sus sabores dulces y amargos pero eso es vivir.
Aquí estoy tratando de descubrir lo que se oculta detrás de todo este misterio que llamamos vida, no quiero rendirme sin hacer de la vida una existencia deseable. Sí, ¡deseable! Que despierte cada día con ese sabor a vida en las tristezas y alegrías, en la soledad y en la compañía porque a veces estamos solos aunque haya alguien a tu lado.
Es insólito pensar la existencia sin alguien a tu lado, aunque al final te vas solo así como llegas, desnudo de conciencia y razón, para el descanso permanente del más allá, tan lejos como el vacío mismo la inmensidad espacial de la nada.
No sabemos nada de la nada y queremos saberlo todo, no obstante mientras el tiempo se va el todo se acerca a la nada y empezamos a aprender lo bueno que es vivir sin saber o sin querer saberlo todo, porque vivir sin saber nada es tan malo o bueno como vivir sabiéndolo todo.
Hay que hacer de la vida un viaje donde todo sea un asombro porque solo así podremos despertar del sueño y convertir en realidad lo que deseamos y queremos. Hoy es el mejor día, es la idea que debo tener en mi mente y en mi corazón para lograr disfrutar cada segundo que pasa.
Escribir calma mis penas y ocupa mi mente, manteniéndome atento a cada palabra que se forma en esa gelatina de neuronas que permite, de una forma mágica, que se formen los pensamientos.
Seguiré viviendo… ¡Gracias!
