Finalmente, tras varios días de angustia y sufrimiento, la joven Clarisa Peguero Gómez, de 20 años, alumbró sano y salvo a su segundo hijo, vía cesárea, en el hospital Luis Eduardo Aybar(Morgan), pese a los obstáculos que debió enfrentar para tener su bebé.
Peguero, residente en Los Guandules, Distrito Nacional, con 39 semanas de embarazo, llegó el lunes al Morgan para que le practicaran la anunciada cesárea; sin embargo, fue despachada a su casa; por lo que tuvo que esperar al día siguiente.
El martes, a las 8:00 de la mañana, cuando acudió nuevamente al centro de salud, un médico de turno le informó que tenía que comprar la bata que usan las parturientas, porque la tarjeta de la máquina que esterilizaba dichos materiales se había dañado.
A las 4:00 de la tarde, un equipo de Dominicanoshoy.com la encontró en uno de los pasillos del centro de salud con la imagen de la desesperación reflejada en el rostro: “Ayer vine a ver si me hacían la cesárea y me pusieron obstáculos. Hoy llegué temprano y me dicen que la bata de parir no está esterilizada, que mejor la comprara, pero yo no tengo 1, 800 pesos para eso. Tengo una hija, no trabajo y soy madre soltera”, narró desolada.
Clarisa Peguero Gómez explicó, en ese momento, que se atendía en el Centro Sanitario Santo Domingo, pero había decido dar a luz en el Morgan, porque creyó que sería más fácil y beneficioso para su estado.
Gómez estuvo acompañada de María Elena de la Cruz, una vecina que prometió no dejarla sola y que enfrentaba con fortaleza la negligencia en el servicio médico: “Estoy con ella desde temprano, no he comido nada, solo un poquito de café que me dieron, no puedo dejarla sola porque no tiene madre, ni padre. Estamos desamparadas”, precisó de la Cruz.
Mientras esto sucedía, un empleado del hospital reprochó a las damas por hablar con la prensa, por lo que ellas suplicaron que saliéramos para no complicar más el asunto. Tal vez fue esta la razón por la cual la embarazada dio un nombre falso (Teresa Gómez), con el cual se publicó la primera parte de este episodio.
Ante tal situación, decidimos conversar con el director del hospital Luis Eduardo Aybar, César Jesurum, para que por favor explicara la razón del porqué esta embarazada no había sido atendida y, encima, debía enfrentar la situación con la bata.
El doctor Jesurum dijo que la tarjeta de la máquina no funcionaba y la habían pedido prestada al hospital Padre Billini. Pero, aseguró que ya la tenían y que la joven sería ingresada.
No obstante, este miércoles a las 9:00 de la mañana, María Elena de la Cruz, mediante vía telefónica, informó que después de remediar el problema de la bata esterilizada, el médico objetó que debía comprar una pinta de sangre, otro obstáculo que fue vencido gracias al apoyo del fotoreportero de DominicanosHoy, Dionny Matos, quien aportó para solucionar esta otra traba.
Pasadas las 2 de la tarde de este miércoles, ¡al fin!, tras proceder a la cesárea, María Elena de la Cruz, la vecina que en todo momento estuvo al lado de Clarisa Peguero Gómez, comunicó la buena noticia, de que había nacido un varón y que tanto la madre como la criatura estaban estables.
Esperamos que la odisea de esta joven embarazada no se repita y que las autoridades de Salud Pública asuman su responsabilidad y brinden un servicio eficiente, donde las pacientes no tengan que pagar por las carencias de los centros asistenciales.
Recuadro I
La tasa de mortalidad materna en la República Dominicana es una de las más altas de América Latina, 109.4 por cada cien mil nacidos vivos. Y según los especialistas, el alto porcentaje de embarazos en menores de edad tiene que ver con estos índices.
En efecto, el 19% de las muertes maternas ocurre en adolescentes entre 15 y 19 años, de acuerdo al estudio Prevención del Embarazo en la Adolescencia 2011 y la Encuesta Demográfica de Salud 2007.
