La cifra de turistas que llegan desde Rusia a Túnez está creciendo ostensiblemente de año en año y alcanzó los 300 mil en 2013, unos 50 mil más que en 2012. Es un país que, además de las playas de calidad y el sol que buscan los vacacionistas rusos, ofrece una gran diversidad de opciones culturales y de entretenimiento.
“Comenzamos a trabajar en el mercado ruso en 1996”, recordó el director de la Oficina Nacional Tunecina de Turismo en Moscú, Majid Kahlaoui, en diálogo con CND durante la reciente edición de MITT. “Están visitando Túnez con sus familias, sus hijos, la gente joven. Son de clase media y clase media baja, no alta”, precisó.
Según Kahlaoui, cuya oficina en Moscú atiende Rusia y los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), el gobierno tunecino ha invertido en el mercado ruso durante los últimos años “porque es uno de sus mejores mercados, con una situación económica buena y con un amplio contingente de viajeros que incluso planean dos viajes por año: uno en verano y otro en invierno”.
La estancia media de los visitantes rusos en el país árabe es de una docena de días o más, con un gasto medio diario de entre 500 y 700 dólares. “Visitan muchos lugares en el país; vienen por terapias, por la cultura y por el clima… Se van en excursiones de dos o tres días al sur de Túnez”, señaló Kahlaoui.
“Túnez es uno de los países que escogen los rusos para vacacionar por su ubicación en el Mediterráneo, sus niveles de tolerancia y el ambiente hospitalario, las agradables playas… Es un país pequeño, pero con muchos productos para el turista. Aunque somos un país pequeño, tenemos una gran historia, como España”, afirmó el funcionario.
Las autoridades tunecinas destacan que en los últimos años han invertido fuerte en el turismo, construido hoteles y mejorado las playas. Sumado a esto, sobresale el hecho de que Túnez puede ser llamado “un museo al aire libre”, por su rica historia.
