Alerta por la rápida expansión epidemia Ébola

Lo que empezó como un brote en una zona rural está comenzando a alertar a las autoridades sanitarias mundiales: el Ébola, uno de los virus más contagiosos y letales del mundo, llegó este fin de semana a la capital de Guinea, Conakry, una ciudad de casi dos millones de personas y con un aeropuerto internacional, lo que representa un alto riesgo de que la epidemia se expanda y cruce las fronteras del país africano.
 
El virus, que causa sangrado severo y una muerte casi segura, ya afectó a 103 personas y se cobró la vida de por lo menos 66 de ellas en el país, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). También se registraron seis víctimas fatales en Liberia y cinco en Sierra Leona.
 
Guinea, uno de los países más pobres del mundo, tiene centros médicos severamente limitados y una enorme población viviendo en barrios pobres donde el virus podría extenderse rápidamente. «Las pobres condiciones de vida y la falta de agua y servicios sanitarios en la mayor parte de Conakry representan un serio riesgo para que esta espiral epidémica se convierta en una crisis», dijo Ibrahima Toure, director en el país del grupo de ayuda Plan Internacional.
 
El temor al Ébola, que se transmite por contacto directo con la sangre y los fluidos corporales de las personas o animales infectados, ya está haciendo mella en los habitantes de la capital.
 
Mientras en un día normal llegan unas 300 personas buscando atención médica en el Hospital Donka, el viernes llegaron menos de un centenar, luego de que se informara que los pacientes infectados estaban siendo atendidos ahí. «Mi hija está enferma y tosiendo, pero prefiero que se quede en casa. Ahora no pondría un pie en el Hospital Donka por nada del mundo», dijo Djalikatou Balde, un profesor.
 
Los países vecinos, en tanto, están alertas ante una posible extensión del brote. Senegal cerró ayer su frontera hasta nuevo aviso y su gobierno activó la alerta epidemiológica en todo el territorio nacional y de forma permanente. La ministra de Sanidad, Awa Marie Coll Seck, ordenó la realización de fichas técnicas de la enfermedad para hacer un seguimiento de cualquier síntoma similar al de esta fiebre hemorrágica y evitar la entrada en el país a personas que hayan contraído el virus. Los gobernadores de las regiones de Kolda (sur) y Kedougou (sudeste) tomaron todas las medidas necesarias para el cierre de fronteras, incluidas la clausura de los mercados, que suelen atraer a vendedores procedentes de Guinea.
 
Grupos de ayuda, como Médicos Sin Fronteras y Plan Internacional, están tratando de enseñar a los guineanos cómo se transmite la enfermedad; mientras, trabajan para identificar y asilar a los que pudieran estar expuestos.
 
No existe cura para la enfermedad, que provoca una severa fiebre hemorrágica, y la cepa presente en Guinea es 90% letal.

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