A esto llaman promoción del turismo en España

Un juzgado de instrucción ha imputado a una política encargada de la promoción turística en una institución de una autonomía del Mediterráneo. Los hechos tienen que ver con el gasto de unos 70 mil euros en el patrocinio de unas páginas de restaurantes y gastronomía en un periódico local. Según los indicios que se han conocido, aquello pudo haber sido un amaño en el que las tres ofertas presentadas correspondían a la misma empresa, aunque con nombres diferentes, de la promotora de las páginas de restaurantes.
 
noticias de rss1 marketing ,  Promoción Turística Madrid Jaime Amador Fraude Comunidad Valenciana , A esto llaman promoción del turismo en EspañaUstedes se sitúan: estamos ante unas páginas de un periódico local, publicadas cada mes, donde salen pequeños anuncios de restaurantes, algunas recetas y poco material más, habitualmente presentado de prisa y corriendo. Eso es lo que patrocinaba esta institución y es allí donde se habría producido la irregularidad.
 
Bien: yo voy a imaginar que todo ha sido legal; que las tres facturas se corresponden a empresas existentes, que se hizo un concurso como tocaba, que nadie amañó nada y que el dinero se pagó estrictamente contra la presentación de las facturas. Incluso soñaré que el dinero gastado por la institución, esos 70 mil euros, eran una parte, sólo una parte de los costes y no como puedan pensar los maliciosos, mucho más del cien por ciento del precio de ese producto. Pues bien, incluso en este escenario en el que todo es correcto, estoy totalmente en desacuerdo y me da vergüenza que hagamos la promoción tan chapuceramente.
 
Aquí la cuestión es que las autonomías se hicieron con el dinero que la centralista Madrid gastaba en promoción del turismo y, en algunos casos, trasfirieron esas competencias a órganos de rango inferior. En este caso investigado ahora, la autonomía no ha cedido sus competencias en promoción, pero como esa institución de rango inferior sostiene que ella sí vela por su tierra, creó un área que no debería existir, a cuyo frente designó un equipo de gestión. O sea, duplicación de funciones inequívoca.
 
Pero dejemos incluso al margen esa duplicidad y aceptemos ciegamente que ese órgano sí tiene derecho a dedicarse a la promoción del turismo. Mi pregunta es ¿qué promoción es esa que financia a una organización privada para que ponga anuncios de restaurantes y unas cuantas recetas en los periódicos locales? ¿Qué utilidad promocional tiene esta actuación? ¿Cuántos turistas se han movilizado por este tipo de promociones? ¿Es que tiene algún sentido poner anuncios de restaurantes como promoción de ese enclave?
 
Es inútil responder ante algo tan obvio y evidente. Hay una evidencia de que incluso quienes idearon esta operación consideraban que estaban actuando incorrectamente: no dieron las habituales ruedas de prensa presentando lo que hacen. Teniendo en cuenta su angustia por estar en los medios día sí, día también, no presentar públicamente este gasto indica que no tiene sentido alguno, que ni ellos son capaces de defenderlo. No lo hicieron porque es impresentable gastar el dinero de la promoción en algo tan fuera de lugar.
 
El asunto es un poco más clamoroso e insultante porque la oposición tampoco dijo nada. ¿Y saben por qué la oposición calló? Pues, porque ellos también tienen sus amigos en los medios de comunicación, a quienes ‘ayudan’ cuando llega el momento, con sus restaurantes o cualquier otro concepto absurdo. Esto, por supuesto, no obstará para que ahora salgan indignados a poner el grito en el cielo contra la supuesta corrupción que está investigándose y de la que, dirán, no se explican cómo pudo llegar a ocurrir.
 
Algo más, de importancia: este dinero figura en la partida de gasto social en turismo de la institución correspondiente. Es ese dinero que nunca nos imaginamos dónde va a parar, porque nunca lo olemos, pero que nos dicen que es gasto social, gasto destinado a ayudar a la economía productiva. Cuesta entender cómo la economía no va como una moto, tras tantas ayudas. Son esas ayudas que, cuando se recortan, sacan a los sindicatos a la calle, porque afirman que nos están robando los derechos sociales.
 
Como ven, ni promoción del turismo, ni gasto productivo, ni ayudas a la economía real. Todo un despilfarro que no tiene sentido y por cuya subsistencia aún tenemos a mucha gente que sale a la calle casi a diario a protestar. Claro, esto no quiere decir que todo el gasto social sea igual de improductivo, pero no se pueden ustedes imaginar cuánto dinero se tira directamente a la basura.
 
Nos contaban la milonga de que este modelo político (el de las autonomías) “acerca el poder a la gente” y, al final, vamos a terminar añorando el poder en Madrid, que era virtualmente inaccesible y, por ende, muy pocos podían explicar la utilidad de la publicidad de restaurantes en un diario local que no leen más que los del lugar.
 
Ahora ustedes sumen la duplicidad de funciones y las ‘irregularidades’ (manera fina de denominar a la corrupción) y entonces lleguen a conclusiones.

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