En el Día Internacional de la Mujer quisiéramos voltear la página y pensar que todo marcha bien: que se respetan y valoran los derechos, que la época en que eran maltratadas, discriminadas, abusadas y asesinadas ya pasó, y que jamás volverá; pero, lamentablemente, esto es solo un sueño y el deseo más entrañable de lo que anhelamos sea esta fecha.
Este día se celebra desde hace 101 años en casi todo el planeta. Una jornada con carácter reivindicativo en que año tras año se trata de poner en conocimiento de la sociedad el trato injusto y la desigualdad social y laboral que han sufrido las mujeres a lo largo de la historia.
Sin embargo, los avances han sido mínimos, pues todavía la fémina sigue soportando los ataques feroces que recibe de la sociedad y el machismo, convirtiéndola en la responsable absoluta de todos los males de la familia y del destino desviado de sus hijos.
Este panorama lo viven miles de mujeres latinoamericanas, donde el látigo cruel de la inequidad de género la hace responsable de su propia muerte, a mano de su pareja o expareja, o la provocadora de ser abusada sexualmente.
Las cifras de feminicidios, aunque en algunos países latinos han bajado, no dejan de ser alarmantes y causar indignación entre los que defienden a capa y espada su bienestar y valor.
En el caso de República Dominicana, reportes gubernamentales registran que en 2013 el número de feminicidios llegó a 74, experimentando una baja significativa con relación al 2012, que hubo 103 y el 201, cerró con 128.
En el país preocupa que este 8 de marzo encuentre a las mujeres en una posición rezagada en cuanto a igualdad de género, pese a que constituyen la mitad de la población y del electorado.
Según informe de situación de las mujeres dominicanas, elaborado por el Centro de Estudios de Género de la Universidad Intec, el 51 % de las ciudadanas ocupadas en el mercado laboral lo hacen en actividades consideradas informales, lo que indica mayor nivel de vulnerabilidad, inseguridad, así como desprotección laboral y social.
Esperamos que esta condición cambie en la nación y el mundo para que las mujeres puedan disfrutar de los derechos y privilegios de los cuales han sido privadas y castigadas por exigirlos.
