Abdomen plano con gimnasia hipopresiva

Con la respiración y una buena postura corporal se puede obtener un abdomen plano.
Con lo que parecen tranquilos y pausados ejercicios de respiración se logra mejorar la condición física. Es una práctica que, aunque no lo parezca, resulta exigente porque además de controlar la forma como se respira involucra los músculos de la faja abdominal y, además, brinda una sensación de bienestar.
 
Media hora de clase, dos veces a la semana, es suficiente para comenzar a entrenarse en este método que ayuda no solo a aplanar el abdomen, sino que además -más allá de simples motivaciones estéticas- estimula la tonificación del piso pélvico.
 
Los movimientos son lentos y las respiraciones controladas, y en los ejercicios, unas veces de pie y otras en el piso, la persona notará cómo con la práctica progresiva tonifica su cuerpo y les exige a sus músculos tanto como cuando hace las abdominales convencionales.
 
¿De dónde surge?
 
Este método no es un invento nuevo. En realidad, las técnicas hipopresivas las creó Marcel Caufriez, doctor en ciencias de la motricidad y especialista en rehabilitación, en 1980. Él se dio cuenta de que en las mujeres, cuando no tenían los abdominales tonificados, después de dar a luz se afectaba su piso pélvico con el riesgo de aumentar la incontinencia urinaria, los prolapsos (descenso de órganos como el útero, vejiga, vagina y recto) y la diástasis o separación abdominal por el debilitamiento de los músculos abdominales. Por eso desarrolló esta técnica de respiraciones controladas, movimientos y posturas que ayudan a fortalecer y a dar tono a la zona pélvica y abdominal.
 
El médico fue depurando estos ejercicios y con su práctica continua y disciplinada se ha comprobado que, además del beneficio estético, como lo es reducir el perímetro abdominal, mejora considerablemente la postura corporal y es una buena forma de prevenir hernias inguinales, abdominales, femorales, vaginales, etc. También está indicada para personas con problemas de estreñimiento y tránsito intestinal lento.
 
¿Por qué se recomienda?
 
El sedentarismo, las malas posturas corporales (como sentarse o caminar sin contraer bien el abdomen), los embarazos, los cambios bruscos de peso y la falta de actividad física, promueven que con el tiempo la musculatura de la faja abdominal y del suelo pélvico se debilite. Esto conlleva a que esta zona no sea un sostén fuerte de los órganos internos que están allí y se presenten problemas como hernias o dolor en la columna.
 
Con este tipo de gimnasia se reprograma el tono muscular y su correcto funcionamiento. Se mejora entonces el tono muscular en reposo (contracción muscular sostenida e involuntaria) y se fortalece la zona core.
 
¿Cómo se práctica?
 
Es recomendable iniciar con la orientación de un experto certificado, porque aunque los ejercicios son rítmicos y tranquilos, exigen una reprogramación corporal para reacomodar los órganos de la cavidad abdominal. La técnica se basa en disminuir la presión en esta cavidad para mejorar el tono del piso pélvico y de los abdominales con ejercicios posturales acompañados de apneas expiratorias (es decir, vaciar de aire los pulmones e imaginar que se pone una pinza en la nariz para evitar que entre aire) y así conseguir la apertura de las costillas, como se ve en la foto. Esto se hace para corregir problemas como incontinencia urinaria en las mujeres, y las hernias discales, abdominales o inguinales en los hombres y mejorar el desempeño sexual.
 
Estas patologías surgen porque el abdomen es como un globo en el que están los órganos internos como el útero y la vejiga. Entonces, si hay una presión en la parte de arriba del globo (por estrés o malos hábitos de respiración), se ejercerá una presión en la parte de abajo y todos los órganos empujarán en esa dirección y aparecerán problemas como los mencionados o prolapsos (caída de un órgano, como la vejiga o el útero).
 
¿Cuánto hacer y cada cuánto?
 
El tiempo de práctica depende de cada persona, pero para los debutantes se recomienda comenzar con dos sesiones a la semana y no superiores a media hora durante el primer mes. Ya en el segundo mes las sesiones pueden aumentarse a cuatro o cinco veces semanalmente durante los siguientes cinco o seis meses. Al pasar este tiempo, se valoran los cambios funcionales y corporales en el practicante para determinar con qué intensidad requiere hacer mantenimiento de los resultados.
 
¿Quiénes pueden hacerla?
 
Personas que quieran tratar patologías ginecológicas, urinarias, obstétricas, digestivas o de orden postural.
 
10 razones para hacerla

1.        Previene lesiones articulares y musculares.
2. Disminuye dolores de espalda.
3. Al fortalecer los músculos de la vagina, ano y recto, mejora el desempeño sexual.
4. Aumenta y mejora el rendimiento deportivo.
5. Ayuda a prevenir y combatir problemas de incontinencia urinaria.
6. Previene la aparición de hernias.
7. Se recomienda en el pre y posparto para el cuidado del piso pélvico.
8. Mejora la actividad respiratoria.
9. Se reestablece el equilibrio y la correcta postura corporal.
10. Previene la caída de órganos internos como el útero y la vejiga.

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