Comienza juicio por crimen de jovenes tras descarrilar tren

Dos policías bonaerenses comenzarán a ser juzgados hoy por el crimen de dos jóvenes asesinados en 2011 durante una represión posterior al descarrilamiento de un tren en la villa La Cárcova, en la localidad de José León Suárez.
 
El debate, que comenzará a las 9, estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 2 de San Martín y se desarrollará en el edificio judicial ubicado en la avenida Ricardo Balbín 1753 de ese distrito.
 
Las víctimas del hecho fueron Franco Almirón (17) y Mauricio Gabriel Ramos (19), quienes murieron tras recibir disparos de escopeta efectuados presuntamente por el oficial Gustavo Rey, que llega a juicio acusado de «doble homicidio agravado».
 
En tanto, Joaquín Romero (19) sufrió heridas graves porque lo balearon en la espalda, pero logró sobrevivir y por ese hecho está imputado el ex subinspector Gustavo Vega, acusado de «tentativa de homicidio».
 
Con la intervención de la fiscal Ana Armetta, los jueces Gustavo Garibaldi, Mónica Carreira y María del Carmen Castro tienen previsto escuchar primero a Romero, que es el testigo clave, y a otros vecinos del barrio La Cárcova que en la etapa de instrucción declararon bajo identidad reservada.
 
Antes del inicio del juicio, familiares de las víctimas de la violencia institucional junto a organizaciones sociales, sindicales, políticas y de derechos humanos se concentrarán frente a los tribunales para realizar un festival.
 
En tanto, está previsto que asista al debate el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda; el diputado nacional Leonardo Grosso, el diputado provincial Marcelo Saín, el interventor del INADI, Pedro Mouratian; la Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora Taty Almeida y autoridades del CELS, entre otros.
 
El hecho que se investiga ocurrió el 3 de febrero de 2011 frente al barrio La Cárcova, en José León Suárez, durante la represión que siguió al descarrilamiento y saqueo de un tren de carga de la exlí­nea Mitre al que varios vecinos se acercaron porque llevaba alimentos.
 
Según los resultados de las autopsias, las dos víctimas que murieron presentaban impactos de postas de guerra (plomo) disparadas con escopetas calibre 12/70 de la policía y se cree que los disparos fueron hechos a corta distancia.
 
Uno de los datos que los investigadores corroboraron es que los adolescentes asesinados no estaban armados y al momento del descarrilamiento del tren iban a buscar cartones en bicicleta.
 
En la etapa de instrucción, Vega aseguró que no tiró a matar, sino a los pies de un hombre que lo amenazaba con un arma a corta distancia, y que al recargar su escopeta confundió los cartuchos de postas de goma con los de plomo porque estaba «desesperado» porque su vida corría peligro.

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