Nueva York.- El 7 de abril de 1982, en la portada del periódico “La Información”, de Santiago, República Dominicana, apareció la noticia “Historiador Advierte Peligro en Imposición de Gobernantes”, con mi fotografía, imagen que será el adorno de este artículo.
Redactada por el columnista Anselmo Silverio, la noticia inicia así: “Un historiador y catedrático universitario advirtió sobre el peligro que representa la imposición de gobernantes en naciones democráticas.” El segundo párrafo continúa diciendo: “El licenciado Frank Peña Pérez criticó las intervenciones norteamericanas, y aseguró que en la Invasión Americana de 1916 en la República Dominicana los yanquis introdujeron formas de represión jamás vistas por la sociedad quisqueyana.”
Cumplí 65 años el pasado año 2013. En 1982, estaba justo en la mitad de mi camino; era joven y trabajaba como catedrático e historiador, dos pasatiempos que, sorpresivamente, llegaron a mi vida. No estudié, ni tuve vocación, ni elegí para ejercer esos dos papeles. Todos podían esperar, en 1982, que yo dijera cualesquiera tipos de tonterías o bobadas sobre la Historia Dominicana.
El periodista Silverio, en su nota, reseñaba la conferencia “Política Económica del Gobierno Americano en Santo Domingo 1916-1924”, que por solicitud del Club Rotario Santiago, Rincón Largo, dicté en el restaurante El Dragón. En el quinto párrafo dice de mí: “Consideró que nadie debe aprobar la imposición de gobiernos y afirmó que siempre se debe recurrir al voto de la mayoría para tal fin.”
Mis lectores actuales, saben que el Frank Peña de 1982 ya no existe. En los pasados 4 años, han sido muchos los artículos publicados en Facebook, para yo decir que Duarte (ideólogo, en 1844, de una ficción de Estado e Independencia) y el fundador del PRD y el PLD, novelista, cuentista, poeta, y ex Presidente Bosch (declamador, de 1961 a 1966, de la magia o leyenda duartiana, de sembrar una Democracia Representativa en medio de una sociedad de pobres o miserables), sin intención, son los dos grandes culpables de las desgracias del pueblo dominicano.
Acuso a ambos, porque no fueron efectivos profetas ni generales. Sus saberes, brillantes inteligencias, dones, y sus probadas honestidades, sirvieron sólo para que las masas (desde el Olimpo, Partenón, la Gran Muralla China, y el Monte Everest) soñaran, y nunca distinguieran la separación entre realidad y literatura. Ambos, fueron más utópicos que Platón en la “República”. Por eso, el pueblo dominicano nunca vio La Tierra Prometida por Jehová, como le pasó al pueblo hebreo luego de ser dirigido 40 años por Moisés.
El Sr. Silverio, dice que en mi conferencia afirmé lo siguiente: Que Trujillo se mantuvo durante 31 años en el Poder, usando presión psicológica contra el pueblo dominicano, especialmente contra sus más definidos opositores; que el Gobierno Militar Americanos, de 1916 a 1924, se caracterizó por torturar a la población: hierro candente; mutilación de órganos; choques eléctricos; cacerías de guerrilleros; campos de concentración, o corrales hechos con alambres de púas; aplicación de sal y agrio de naranja en heridas; trituración de testículos; violación de mujeres; y el tormento del agua.
Según la nota de prensa, yo dije que el Gobierno Militar Americano 1916-1924 no fue positivo para el país en ningún aspecto. Que todo era relumbrón: Llegó el ejército gringo a poner orden, pacificar la nación, liquidar el caudillismo, sanear las Aduanas, saldar la deuda pública, comunicar la Capital con el resto del país, construir carreteras y puentes, invertir en educación y salud pública, etc. Pero, que todo tenía un solo objetivo: aprovechar los altos precios del azúcar de caña, a causa de la Primera Guerra Mundial. ¡Que hubo, de 1916 a 1924, más corrupción administrativa que en los Gobiernos de Santana, los 5 de Báez, y los 3 de Lilís!
Debo decir a mis lectores lo siguiente. Tengo en mis manos el ejemplar de “La Información” donde apareció la noticia sobre mi conferencia. No recuerdo (borro todo de mi memoria, hasta los nombres de mis nietas, tíos, maestros, condiscípulos, contenido de mis libros) la conferencia citada. Si dije, en abril de 1982, lo que apareció como noticia, éso demuestra varias cosas:
Que Heráclito tenía razón hace 24 siglos; que nada es para siempre o inalterable; que el universo, con el hombre dentro, están en un constante cambio dialéctico; que no debe decirse: “de esta agua no beberé”; que la suma de los años, o las experiencias, son la base de la sabiduría; que, al revés, la juventud es el caldo de cultivo de la plaga llamada ignorancia, papelazo, payasada, ridiculez, etc.
Que los Frank Peña de 1982 y el 2014, aún con el mismo cerebro y el mismo conjunto de cromosomas, son líneas paralelas, seres opuestos, entes sociales ideológicamente en “lucha de contrarios”, en batalla o duelos permanentes. Que el Frank de 1982, como el río de Heráclito, se fue, desapareció; queda el Frank del 2014; está vivo, pero muere y nace cada segundo, minuto, día, semana, mes, y año, en un proceso que termina, de manera definitiva, con la verdadera muerte.
El Frank Peña que sigue vivo y que firma este artículo (quien está a miles de millones de kilómetros de distancia mental del Frank bebé de 1948, y del conferencista de 1982), paradójicamente, en el 2014 afirma que la República Dominicana ha sido República, independiente, soberana, democrática, institucional, y capitalista, solamente de nombre, como sueño o ficción. Y que nunca gozará de esos aspectos antes apuntados. Cierro diciendo que los dos Gobiernos más exitosos en los 5 siglos de la Historia Dominicana son: 1- El Gobierno Militar Americano 1916-1924. 2- La Dictadura de Trujillo 1930-1961.
