Con la segunda cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que tuvo lugar en la Habana, Cuba, la región ha obtenido grandes logros que serán materializados por los representantes de las 33 naciones que integran este novedoso bloque.
El primero de los logros obtenidos es el poder de convocatoria de la Celac, la cual consiguió que durante dos días consecutivos, delegaciones de los países miembros se reunieran para tratar diversos temas que afectan a los países de América Latina y el Caribe, sin la presencia de Estados Unidos y Canadá.
Asimismo, la creación de un espacio político común entre estados de dicho organismo, que permita avanzar hacia la paz y el respeto mutuo. Además, desarrollar capacidades científicas y técnicas en función del progreso de los pueblos y hacer valer principios irrenunciables como autodeterminación, soberanía e igualdad soberana.
Otro punto que merece mención es la lucha contra la pobreza, el hambre y la desigualdad, puntos centrales de la cita, que tenazmente fueron debatidos.
También se determinó implementar el establecimiento de una verdadera seguridad alimentaria, sistemas de salud para la totalidad de la población, derecho a una vivienda digna, agua potable y saneamiento. Sirvió, entre otras cosas, para que los gobernantes de Perú y Chile se vieran las caras amigablemente, tras el histórico fallo sobre límites marítimos, planteado por la Corte de la Haya.
Los representantes de las delegaciones consideraron necesario crear marcos “estables y transparentes” para proteger a los inversionistas, que garanticen certidumbre legal en el contexto de impulsar inversiones de calidad social y medioambiental.
Para el historiador y analista estadounidense James Cockcroft la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), refleja el cambio de época que se vive hoy en la región.
Cockcroft, residente en Canadá, afirmó que la II Cumbre representa, además, «un tremendo avance por parte de los movimientos sociales en las Américas».
La Celac fue creada en 2011, en Caracas, por iniciativa del presidente venezolano Hugo Chávez, con el propósito de buscar, una vez más, las tantas veces pospuesta integración regional.
