El Gobierno mexicano intenta blindar Michoacán

La intervención militar en el estado mexicano de Michoacán, en el oeste del país, para impedir la lucha armada entre milicias y narcotraficantes generó el desplazamiento de criminales a regiones vecinas, un fenómeno llamado ‘efecto cucaracha’, algo que el gobierno pretende neutralizar blindando las fronteras de ese estado.
 
Los atentados incendiarios contra cuatro tiendas ’24 horas’ el domingo en Hidalgo -centro de México-, en una repetición de lo sucedido hace unos días en Michoacán contra la misma cadena comercial, encendió las alertas del gobierno.
 
Un día después de los ataques contra tiendas de la cadena OXXO en Hidalgo, el secretario del Interior, Miguel Ángel Osorio Chong, se reunió con los gobernadores de seis estados que colindan con Michoacán para «revisar y acordar el blindaje en sus respectivas entidades», indicó la Secretaría en un comunicado de prensa.
 
El Gobierno pretende evitar que otros estados del país se contagien de la violencia que vive Michoacán con la presencia del violento cártel de los Caballeros Templarios, contra el que las autodefensas -milicias civiles organizadas contra los carteles- mantienen una dura lucha.
 
Sin embargo, para Gerardo Rodríguez Sánchez, director de la consultoría Seguridad Humana, ‘el efecto cucaracha’ de los integrantes de los Caballeros Templarios hacia estados vecinos «viene sucediendo desde hace meses».
 
Ataques similares a los registrados en Hidalgo y Michoacán han sucedido en las últimas semanas en Apatzingán, una ciudad de 120.000 habitantes considerada bastión del cartel de los Caballeros Templario.
Estos ataques se registraron en el marco de un inédito despliegue de policías federales y militares en Michoacán, incluyendo el envío de tanquetas y ‘drones’, para combatir al cártel de Los Caballeros Templarios.
 
Las milicias piden capturar a los capos
 
Durante las últimas semanas, en Michoacán, una veintena de pueblos ha sido tomado por los grupos de autodefensa, integrados por civiles armados que desde febrero de 2013 se han levantado contra este cartel del narcotráfico, que mantenía sometida a la población a base de implantar el terror con extorsiones, secuestros y asesinatos.
 
Los líderes de las autodefensas han dicho que sólo entregarán las armas a cambio de la captura de los líderes del cartel, principalmente de Servando Gómez Martínez, alias ‘la Tuta’; Enrique Plancarte, apodado ‘El Kike’; y Nazario Moreno, alias ‘El Chayo’, declarado abatido en diciembre de 2010 por el gobierno del expresidente Felipe Calderón, aunque su cuerpo nunca ha sido encontrado. Según los dirigentes de estas milicias ‘El Chayo’ sigue vivo y al frente del cartel.
 
«Nosotros hemos estado previniendo a las autoridades de los estados vecinos para que no los dejen entrar a sus territorios», dijo a la AFP Estanislao Beltrán, portavoz de las autodefensas.
 
El miliciano señaló que las autodefensas tienen información de que Nazario Moreno cuenta con fincas de su propiedad en donde esconderse en los estados de San Luis Potosí (norte) y Tabasco (sureste), así como en Guatemala.
 
Una estrategia para ganar tiempo
 
El experto en seguridad Gerardo Rodríguez, quien considera que los líderes templarios se encuentran acorralados, cree que los ataques en Hidalgo constituyen prácticas «típicas de las guerras de baja intensidad».
 
Los grupos criminales incurren en actos de «terror y estrategias de guerra y de guerrilla para ganar tiempo frente a las fuerzas del estado», dijo Rodríguez.
 
Los integrantes de los Caballeros Templarios han ido trasladando desde hace meses sus actividades criminales fuera de las fronteras de Michoacán.
 
Según el experto, en Guerrero (sur), considerado una de las entidades más violentas del país y donde se ubica el balneario de Acapulco, los templarios han establecido alianzas con organizaciones criminales que producen marihuana y amapola.
 
Asimismo, al menos 64 cadáveres fueron encontrados entre noviembre y diciembre pasado en la comunidad La Barca, ubicada en los límites de Jalisco con Michoacán.
 
Las autoridades de Jalisco han adjudicado estas muertes a la lucha entre el cartel de Jalisco Nueva Generación, vinculado con el fugado y poderoso capo Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, y sus acérrimos enemigos Los Caballeros Templarios.
 
En el Estado de México (centro) hay células enviadas y adoctrinadas por el cartel de Caballeros Templarios para actuar como lo han hecho en su estado de origen, concluyó el experto.

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