En una época, las grasas trans parecía que eran una bendición: mejoraban el sabor y la textura de los alimentos, y alargaban la vida de muchas comidas procesadas. Pero actualmente se sabe que son riesgosas para la salud, especialmente para la salud del corazón. Por eso, la FDA ha pasado una advertencia de frenarlas, y pronto se espera su decisión de prohibir definitivamente que se añadan artificialmente este tipo de grasas a los productos que las familias consumen a diario, como las palomitas o rosetas de maíz, los pasteles, las galletas y las barras de margarina.
La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA por sus siglas en inglés) anunció recientemente que está tomando medidas para eliminar a las grasas trans de los alimentos, ya que bloquean a las arterias y se asocian con enfermedades cardíacas. Además, la agencia propone que se añada una etiqueta a los alimentos que contengan aceite parcialmente hidrogenado (la fuente principal de las grasas trans) en la que se advierta que su consumo es dañino.
La prohibición del FDA se refiere sólo a las grasas trans artificiales (que se forman añadiendo hidrógeno al aceite vegetal para hacerlo sólido), no a las que se encuentran de manera natural, en pequeñas cantidades, en la mantequilla o en algunas carnes, como en la de cordero o de res, y en otros alimentos.
Los fabricantes de los alimentos empezaron a usar las grasas parcialmente hidrogenadas (la fuente principal de las grasas trans) como sustituto de la mantequilla, debido a los problemas que se asocian con las grasas saturadas y la salud. Pronto creció el uso de las grasas trans porque mejoran el sabor y la textura de los alimentos, y permiten conservarlos más tiempo en los estantes del supermercado sin deteriorarse. Pero todo eso viene con un riesgo elevado para tu salud.
Aunque necesitamos incluir grasa en nuestra dieta, no todas las grasas son iguales, ni igualmente beneficiosas. Las grasas saturadas, por ejemplo, se consideran perjudiciales porque aumentan el colesterol “malo” (LDL), que puede producir placas que obstruyen las arterias. Las no saturadas, en cambio, aumentan el nivel de colesterol “bueno” (HDL), lo que ayuda a eliminar el colesterol “malo”. (Sigue…)
