Me da mucho gusto saber que hay más de 200 intelectuales y personalidades destacadas de la vida dominicana que se solidarizan con la causa de los dominicos haitianos, no me han invitado y no pertenezco a ese grupo de notables, pero me solidarizo con su causa, siempre y cuando defiendan a los hijos de extranjeros documentados residentes en República Dominicana y de aquellos que por razones humanitarias serán debidamente atendidos como Dios manda por las autoridades dominicanas.
Ahora bien nos preguntamos y ¿Por qué ese mismo grupo no aprovecha la ocasión y se lanzan a defender públicamente el derecho a la ciudadanía de los hijos de indocumentados dominicanos residentes en territorio estadounidense que también lo necesitan?
Se imaginarán porque no lo van a hacer y ni les interesa siquiera, pese a que los dominicanos de la diáspora envían más de 3 mil millones de dólares en ayuda a sus familiares en la media isla, porque en este Estados Unidos de ahora hay leyes y se aprestan ahora mismito a una reforma migratoria que significan mas leyes, y eso simplemente eso, es lo mismo que se trata de implementar en la República Dominicana, Leyes por encima de la cual no esté nadie, que nos convirtamos en un Imperio de la Ley como se suele decir de los Estados Unidos.
¡Ah no pero estos señores de la nueva entidad creen o quieren hacernos creer que al aplicarse una ley no hay injusticias, o fallos. En todas partes los hay y es en los tribunales de justicia donde se ventilan esos fallos y donde tienen que ir a parar la mayoría de los casos de los ciudadanos que reclaman su dominicanidad aunque sean hijos de padres haitianos indocumentados en este caso,
Los miembros de esa nueva ONG no quieren ni enterarse en que se situación se encuentran un número considerable de miles de dominicanos indocumentados con igual número de hijos de indocumentados en los Estados Unidos y Europa, que están tan atemorizados como lo están los haitianos residentes en República Dominicana en la actualidad,
Me extraña y no me extraña al mismo tiempo la actitud solidaria de este grupo de intelectuales y connotados dominicanos, no politizados asumen ellos, que ven en la causa de esos alegados dominico-haitianos lo que no ven en sus compatriotas residentes en los Estados Unidos donde no se extrañen tampoco, tienen décadas viviendo allí, si mas mano amiga que la suele tenderles algunas organizaciones comunitarias y de cuando en cuando, cuando las circunstancias lo permiten los consulados y embajadas dominicanas.
