Managua.- En alerta roja por la propagación del dengue, Nicaragua tiene a su favor un aspecto clave: el activismo social entendido como derecho ciudadano y responsabilidad compartida entre el Estado y la población, según se puede comprobar.
Brigadistas de Salud, integrantes de movimientos gremiales y femeninos, estudiantes, empleados de distintas instituciones, miembros de agrupaciones juveniles y comunitarias respondieron al llamado de las autoridades para intensificar la campaña contra el Aedes aegypti, transmisor de la enfermedad.
Al decir del doctor Carlos Sáenz, director nacional de epidemiología, es un esfuerzo integral porque «ves prácticamente a toda la población preocupada por derrotar esta epidemia».
Más gente tiene percepción del riesgo y lo vemos porque aumentan las personas que acuden a las unidades asistenciales ante síntomas como fiebre, dolores articulares y vómitos; algo fundamental, pues el dengue mata si el enfermo no recibe a tiempo los cuidados necesarios, comentó el especialista.
Tres ejes fundamentales componen la ofensiva epidemiológica: las fumigaciones para cortar la transmisión del dengue matando al mosquito adulto, el tratamiento de depósitos de agua con abate a fin de eliminar las larvas y la participación de los ciudadanos en el chequeo de sus hogares, destacó.
Solo en Managua, en apenas 24 horas se alistaron como activistas más de 20 mil habitantes; ello permitió extender las fumigaciones a decenas de miles de viviendas, tratar otros 182 mil recipientes con abate y eliminar alrededor de 400 mil criaderos de mosquitos, ilustró Rosario Murillo, integrante del Ejecutivo.
En opinión del presidente Daniel Ortega, en todas las comunidades del país «para combatir el dengue estamos poniendo en práctica ese principio de amor al prójimo», inherente al proyecto cristiano, socialista y solidario que impulsa el gobierno sandinista.
De enero a la fecha, el Ministerio de Salud reporta más de cinco mil 600 casos confirmados por el contagio con distintos serotipos del dengue y el deceso de 14 personas, la mayoría menores de 20 años de edad, corroboró Murillo.
La coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía también precisó que en estos momentos hay 35 pacientes graves, pero estables según indican los informes hospitalarios.
A escala de Centroamérica, la propagación de la virosis continúa en aumento con más de 42 mil casos notificados en Costa Rica, unos 32 mil en Honduras, por encima de ocho mil en El Salvador y cerca de nueve mil en Guatemala, explicó Sáenz.
La alerta roja en Nicaragua tiene en cuenta el cuadro epidémico en la subregión y denota las potencialidades de una nación cuando el pueblo se moviliza para buscar soluciones a sus propios problemas.
