Betty Pino, una de las voces más amadas de la radio musical de Miami, no tuvo que ver durante las semanas previas a su muerte cómo el cuerpo que tanto se había esforzado en cuidar se arruinaba.
En junio, Pino se había sometido a una operación para eliminar de sus glúteos la silicona que se había inyectado hacía cuatro años. Un mes más tarde le diagnosticaron sepsis. Su cuerpo empezó a gangrenarse. Los médicos tuvieron que amputar sus manos y sus pies. Pero ella ya estaba en coma.
Pino, la locutora que ayudó a artistas como Dyango, Julio Iglesias o Rocío Jurado a abrirse camino en Miami, murió el 7 de agosto a los 65 años. La autopsia del Departamento del Médico Forense de Miami-Dade concluyó que falleció a consecuencia de las complicaciones de la operación con la que quiso extraer de su cuerpo la silicona que se inyectó.
Detectives del Departamento de Policía de Miami-Dade mantienen abierta una investigación sobre la muerte.
El cirujano plástico que realizó la operación de Pino en junio niega que la cirugía esté relacionada con la muerte de la locutora.
Las hijas de Pino rehusaron comentar para esta nota a través de su abogado, quien afirmó que siguen muy dolidas.
“Al final no sufrió. Nosotros estábamos encargados de desconectarla y eso es lo que hicimos”, dijo Jorge Gaviria, que también fue amigo de Pino. “Hasta el final estuvo muy contenta, era una mujer muy feliz, era muy apasionada”.
El informe de la autopsia cuenta como Pino se había colocado unos implantes duros de plástico hacía unos 20 años para ensalzar sus glúteos. Una década más tarde los cambió por otros implantes salinos. Pero estos terminaron causándole problemas, y hace unos cuatro años, Pino decidió inyectarse silicona en los glúteos.
“A lo largo del tiempo, el tejido en sus glúteos se endureció y deformó, por lo que era muy doloroso”, explica el informe de la autopsia de 17 páginas obtenido por El Nuevo Herald esta semana. “Ella había pedido a muchos médicos que le extrajeran el tejido endurecido de sus glúteos porque era muy doloroso sentarse. Sin embargo, no encontró a ningún doctor que aceptara llevar a cabo este procedimiento porque todos temían los riesgos y complicaciones”.
PELIGROS DE LAS INYECCIONES
Las inyecciones de silicona en los glúteos son un procedimiento ilegal en Estados Unidos. Se asocia a establecimientos y personal sin licencia, que ofrecen a mujeres sin muchos recursos el sueño de embellecer sus glúteos.
Incluso si no ocasiona problemas al principio, con los meses o los años, el material inyectado puede endurecerse, provocar una inflamación crónica, infecciones o incluso supurar por la piel. La silicona se mezcla con los tejidos del cuerpo. En la mayoría de las ocasiones, no se puede hacer mucho para solucionar el problema.
No está claro quién le puso las inyecciones de silicona a Pino.
La locutora ecuatoriana acabó encontrando a un cirujano en Coconut Grove que aceptó extraerle la silicona inyectada, Constantino Mendieta, especializado en reconstrucción de glúteos y certificado por el American Board of Plastic Surgery.
Pino se sometió a la operación el 14 de junio en la clínica del cirujano, 4 Miami Beauty Aesthetics Clinic, y después de varias horas fue enviada a su casa en Coral Gables.
Todo lo que vendría después, de acuerdo con el informe de la autopsia, se derivó de la infección de las heridas de esa operación. Pino fue revisada en varias ocasiones pero las heridas no se curaron, concluyó la autopsia.
“Ella es ingresada en el hospital con sepsis debida a la infección de las heridas quirúrgicas, y después de un período de hospitalización con múltiples complicaciones médicas y quirúrgicas, muere”, afirma el informe, que no prejuzga si hubo o no negligencia.
Auque no pudo entrar en detalles sobre la operación por las regulaciones sobre el secreto médico-paciente, Mendieta negó las conclusiones del informe.
El cirujano, que había conocido a Pino un año antes de la operación, opinó que el problema real son los establecimientos cosméticos sin licencia que realizan cirugías ilegales.
“La operación no tiene nada que ver con esto. Esto pasó un mes después. Hay mucha desinformación en el informe”, dijo Mendieta, quien afirma que su operación fue más de reconstrucción que una operación cosmética.
El informe afirma que la familia estaba considerando a principios de agosto la posibilidad de interponer una demanda por negligencia médica, aunque no quedaba totalmente claro contra quien.
Pino sufrió vómitos y diarrea el 16 de julio. Llamó a una ambulancia que la transportó al Doctor’s Hospital. Un día después, estaba en coma.
Desarrolló un shock séptico, causado por una infección masiva, y el 31 de julio fue transferida al Hospital Jackson Memorial, donde su salud siguió en declive. El 6 de agosto los médicos le amputaron sus manos y sus pies. Murió la próxima madrugada, luego de que la familia decidiera desconectarla de las máquinas que la mantenían con vida, siguiendo las instrucciones que Pino había dejado.
El médico forense encontró al día siguiente piel negra en la parte inferior de su cara, en los dos senos, donde tenía implantes, y en sus glúteos.
Una mujer apasionada
Pino, nacida en Ecuador, emigró muy joven a Estados Unidos. Empezó siendo mucama de un hotel de lujo, dependiente de una cafetería y recepcionista antes de que Herb Dolgorff le diera una oportunidad frente al micrófono. Tuvo dos hijas, Cristina Hevas y Beatriz Kaminsky, y en 1997 se casó con el cirujano plástico Mel Thomas Ortega, aunque se separarían pocos años después, según una fuente cercana a la familia.
Pino poseía un instinto especial para predecir el futuro artístico de los cantantes.
“Ella sabía cual artista triunfaría con solo escucharlo una vez”, dijo Osvaldo Vega, copresentador de El Desayuno, a El Nuevo Herald tras la muerte.
“En su trato personal, nunca la vi de mal humor. Era muy amiga de sus amigos”.
El día de su muerte, artistas y productores como Julio Iglesias, Emilio Estefan, Lucía Méndez y Dyango expresaron su dolor por la pérdida de esta locutora a la que sus admiradores llamaban “La reina de la radio”.
“Nos ha dejado la persona más grande que he conocido y una profesional inmensa que ayudó a todos los cantantes latinos como nadie lo ha hecho en la radio”, escribió Dyango en su cuenta de Facebook.
La actriz y cantante Lucía Méndez recordó a Pino como “una amiga entrañable, una persona única” con la que intercambiaba confidencias profesionales y “de amores”.
Su amiga, Alba Eagan, describio a Pino como “una mujer sin medidas, entregada, apasionada, con un corazón inmenso”. También recordó cómo Pino se esforzaba por cuidar su aspecto. Hacia mucho ejercicio. Llevaba una dieta casi vegetariana y rara vez tomaba alcohol.
“La veía tomar un vino si acaso, pero nunca licores fuertes”, dijo Eagan.
El informe de la autopsia dice que Pino había sufrido depresiones, pero los comentarios que dejaba en Facebook, donde publicaba noticias relacionadas con la canción, eran sobre todo positivos.
En uno de ellos, publicado el 13 de julio, tres días antes de ingresar en el hospital, decía: “Atrás ya quedó lo malo. Ahora demos paso solamente a lo bueno que llega a nuestras vida”.
Pino continuó: “Vienen muchas cosas hermosas que estabas esperando. La vida cambió para ti y ¿sabes por qué cambió? Porque dejaste entrar en tu vida a Dios, y ahora El es tu amigo, y es quien dirige tus pasos. El sabrá llevarte por el camino de la verdad, de la felicidad, del amor y del éxito. (Feliz noche)”.
