close

La obsolescencia del Concordato

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
Facebook
Facebook
Youtube
Instagram

Estos temas no se relacionan.  No obstante, antes de descifrar las manipulaciones, mitos y mentiras de la Iglesia en el Concordato, para que se rían, haré un chiste malo del precandidato presidencial Juan Temístocles Montás.
 
Siendo por 13 años un funcionario eje central de la política económica estatal, ahora dice que si llega al poder  acaba  con la pobreza.  Sí. Montás hace mucho que acabó con la pobreza, pero la pobreza de él y su familia.
 
Para seguir acabando con la pobreza, Montás, ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, anunció  que los empleados del Gobierno  no recibirán un aumento salarial.
 
¡Qué burla! Todos los altos funcionarios se aumentaron el salario, pero por la dichosa “austeridad” a los de abajo –los de míseros salarios– no tendrán aumento.
 
Yéndonos ahora al Concordato,  firmado entre la “Santa Sede” y  República Dominicana, al ver el oportunismo del Vaticano para lucrarse  del Estado dominicano –una nación pobre–  estoy poniendo en duda mi creencia en Dios.
 
Han transcurrido 59 años desde la firma del Concordato (16 de junio de 1954). ¿Debe ser anulado por su fanatismo?  No. Lo correcto es que se reformule.
 
Es tan obsoleto, ilógico que la propia Iglesia lo viola, excepto por los beneficios económicos que recibe del Estado.
 
Miren el artículo I: “La Religión Católica, Apostólica y Romana sigue siendo la de la Nación Dominicana y gozará de los derechos y de las prerrogativas que le corresponden en conformidad con la Ley Divina y el Derecho Canónico”.
 
Es dictatorial, elitista y privilegiante. Se refiere a la Ley Divina y el Derecho Canónico, violando la Constitución dominicana y  las leyes adjetivas.
 
Analicen el artículo III: “El Estado Dominicano reconoce a la Iglesia Católica el carácter de sociedad perfecta…” ¿Perfecta? ¡Jamás! Nada ni nadie es perfecto.
 
Observando las disposiciones sobre el matrimonio-divorcio, los artículos son  represivos e impracticables hasta para los católicos.
 
Limita dictatorialmente la parte religiosa de las Fuerzas Armadas a la exclusividad de la Iglesia Católica, algo tan arcaico que ya ni se cumple, sin que la  Iglesia proteste.
 
Obliga arbitrariamente a que las escuelas públicas enseñen únicamente  la doctrina católica, desterrando a las demás religiones.
 
Si se cumpliera, en las escuelas públicas no se enseñara otra cosa que no sea el catolicismo. Impuesto por ley.  Sin libertad de cultos ni ateísmo.
 
Es hora de revisar democráticamente el Concordato. Estamos a  principio del siglo 21. Fue firmado a mitad del siglo 20, en la época del oscurantismo de las dictaduras y la Guerra Fría.
 

No Comments

Leave a reply

Post your comment
Enter your name
Your e-mail address

Story Page