Durante septiembre último, el instituto brasileño de turismo, Embratur, ha redoblado los esfuerzos para captar más visitantes en el Mundial de Fútbol con un significativo volumen de publicidad en varios países, entre ellos Estados Unidos, Rusia y Japón, en medio de las presiones por concluir obras de infraestructura en las ciudades sede y de problemas como la especulación en el sector hotelero.
Embratur informó que se desplegó una fuerte campaña de publicidad en la feria de la Asociación de Agencias de Viaje de Japón, así como en Estados Unidos y Rusia.
En Alemania, origen de la mayor parte de visitantes de Europa (alrededor del 5%), Embratur ha realizado unos 180 roadshows y ha estado en ferias con foco en el turismo ecológico y de aventura.
Japón es un mercado clave pues competirá en la Copa del Mundo y porque alrededor de 1,8 millones de brasileños son descendientes de japoneses, al tiempo que el país asiático tiene una inmigración brasileña. Los turistas rusos han sido ubicados en el quinto lugar mundial entre los que más dinero gastan, y los estadounidenses son el blanco de la Asociación Brasileña de Viajes de Lujo.
De los 7,2 millones de turistas internacionales que espera Brasil en 2014, las autoridades del Gigante Sudamericano prevén que unos 600 mil llegarán al país expresamente para presenciar los partidos de la Copa del Mundo FIFA, con sede en 12 ciudades.
Según los planes de Embratur, se pretende que el 25% de los viajeros que lleguen al país durante el Mundial visiten antes o después otros destinos, además de las ciudades sedes.
Además del sector de lujo, 109 nuevos hoteles, resorts y hostales están en construcción en las 12 ciudades sedes del Mundial, según el ministerio de Turismo.
Infraestructura y especulación hotelera
Esta semana, el ministro de Turismo, Gastão Vieira, al subrayar que el Mundial de Fútbol de 2014 pondrá «todos los ojos del planeta» sobre Brasil, reconoció que aún faltan por concluir obras en varios aeropuertos de las doce ciudades sedes del torneo, que las empresas aéreas del país enfrentan dificultades financieras producto de la crisis global y que la red hotelera tiene problemas que aún no han sido resueltos.
No obstante, se mostró confiado en que los aeropuertos y las aerolíneas estarán en «plena capacidad» de atender a los 600 mil extranjeros que se esperan para el Mundial y a los tres millones de brasileños que deberán circular por el país durante el evento, que se celebrará entre el 12 de junio y el 13 de julio de 2014.
En relación con la red hotelera, más allá de las dudas que existen sobre su capacidad en algunas de las doce sedes del Mundial, Vieira también reconoció que preocupa la posibilidad de que se repitan los brotes especulativos que hubo en otros eventos celebrados en el país.
En junio pasado, mientras se inauguraba en la playa carioca de Copacabana un reloj de cinco metros de altura que marca el tiempo restante hasta el 12 de junio de 2014, día en que la selección local abrirá la Copa del Mundo de fútbol en Sao Paulo, las autoridades anunciaban tolerancia cero con los hoteles que aprovechen la coyuntura para imponer precios abusivos.
El ministro brasileño de Deporte, Aldo Rebelo, advirtió entonces que habrá «tolerancia cero» con los hoteles que cobren precios abusivos durante la Copa de Confederaciones y el Mundial de 2014 en Brasil.
«Aquellos que piensan que pueden abusar de los consumidores necesitan saber que la mano pesada del poder público va a actuar y puede incluso cerrar un hotel por causa de eso», dijo a radioemisoras de todo el país.
Según lo describía la revista brasileña IstoÉ, “la puerta de entrada del turismo en Brasil, con su bella bahía, sus playas, el Pan de azúcar y el Cristo Redentor, Rio de Janeiro, está en el epicentro de los grandes eventos que van a dictar la vida de Brasil para los próximos tres años. Pero una consecuencia no es tan agradable para los turistas y, sobre todo, para los cariocas: la increíble escalada de precios”.
Al respecto, el ministro de Deporte recordó que en 2012, durante la conferencia internacional Río+20, los hoteles que aumentaron sus precios en forma desmedida fueron obligados a devolver dinero a los clientes.
Esos hoteles que elevan desmedidamente los precios “van a perjudicar al país y la ciudad donde se practica el abuso porque perderá eventos y turistas», advirtió.
También a inicios de junio, el presidente de la estatal Empresa Brasileña de Turismo (Embratur), Flavio Dino, presentó un estudio que refleja los exorbitantes precios cobrados por hoteles que venden paquetes para el Mundial de 2014.
Según el estudio, en Río de Janeiro la tarifa promedio de hospedaje para el Mundial alcanzó los 461 dólares, más del doble de lo que fue cobrado para la Copa de las Confederaciones; el doble que en Johannesburgo y 50% más que en Berlín, sedes de las dos finales anteriores.
En Johannesburgo el promedio fue de 200 dólares (-130% que el precio estimado en Río) y en Berlín fue de 300 dólares (-53,3%).
Entre otros casos, el precio de una habitación en un hotel de Salvador pasará desde 75 dólares por noche en junio último a 509 dólares en julio de 2014 (+583%). En las otras sedes mundialistas se reportan aumentos de entre 200% y 350%.
«Ese aumento no encuentra explicación en ninguna proyección de inflación o carga tributaria. Todos los casos considerados abusivos serán enviados a la Secretaría de Defensa del Consumidor del Ministerio de Justicia», dijo Dino ante la prensa.
Tras los problemas con los precios hoteleros en Río+20, Embratur creó un sistema que vigila las tarifas en diez ciudades brasileñas y las compara con las de diez destinos turísticos internacionales, para determinar si los valores tienen fuertes variaciones.
Otro problema en esa área es la calificación de los hoteles, que en Brasil no está debidamente reglamentada, lo cual lleva a que haya establecimientos de cinco estrellas «que no llegarían a tres» en otros países, admitió.
El pasado año, Brasil recibió 5,7 millones de turistas extranjeros, un crecimiento de 4,5% o 243.489 visitantes respecto a 2011. Los países de Sudamérica fueron los principales emisores, con el 49,72% del total de arribos.
El Gigante Sudamericano espera elevar el número de turistas a diez millones hacia 2020, para que l participación del sector turístico en el PIB aumente de 8,6% a 10%.
El turismo contribuyó con 80 mil millones de dólares al PIB brasileño en 2011, según cifras oficiales, así como con casi tres millones de empleos.
