Las serias limitaciones que el bloqueo norteamericano impone a Cuba, y que repercuten negativamente en el sistema de salud pública del país, se viven cada día en el Cardiocentro Pediátrico William Soler, de la capital.
Explicó a Granma la doctora Herminia Palenzuela López, responsable del programa de calidad de esta institución hospitalaria, que ha sido imposible para el centro obtener óxido nítrico, gas fabricado por compañías estadounidenses y europeas. Otra de las limitaciones del bloqueo que afecta la cardiología pediátrica en Cuba es la imposibilidad de acceder al Sevoflurane, el mejor anestésico pediátrico existente para la cirugía cardiovascular y que solo se fabrica en Estados Unidos.
Numerosa puede ser la lista de limitantes, que va desde el elevado costo de los precios de los insumos debido a los gastos de flete e intermediarios, las trabas al intercambio científico entre profesionales cubanos y norteamericanos, hasta la negativa a comercializar productos como los aquí mencionados. Uno de los tantos rostros de esta inhumana política que dura ya más de medio siglo.
