Para mantenerte saludable, necesitas que tu cuerpo esté listo para combatir a los virus, a las bacterias o a otros microorganismos. En caso necesario, también debe estar lo suficientemente fuerte como para enfrentarse a alguna enfermedad. Para eso cuentas con un buen aliado: el ejercicio diario.
La función de tu sistema inmunológico es defender al cuerpo de las infecciones y para eso necesita estar fuerte. ¿Quieres saber cómo puedes echarle una mano a tu “protector personal”? Si realizas un poco de ejercicio se mantendrá en buena forma ¡y listo para dar la batalla!
Si sales a dar una caminata, vas un rato a montar en bicicleta o asistes a una clase de aeróbicos, no sólo se mueve tu cuerpo, sino que estás poniendo en marcha una serie de mecanismos que actúan en tu defensa. No se sabe exactamente cómo el ejercicio incrementa tus defensas ante ciertas enfermedades, pero los expertos mencionan varias posibilidades:
La actividad física ayuda a desalojar las bacterias de los pulmones, reduciendo así las probabilidades de que contraigas un resfriado, una gripe u otro tipo de enfermedad contagiosa que se transmita por el aire. Además, como la actividad aumenta la cantidad de líquido que expulsas a través del sudor y de la orina, sacas del cuerpo una mayor cantidad de células potencialmente cancerígenas (es decir, que pueden causar cáncer).
Con el ejercicio, los anticuerpos y los glóbulos blancos (que son los que participan en la defensa del cuerpo atacando a los virus, a las bacterias y a otros microorganismos) se mueven por el cuerpo a mayor velocidad. El aumento en la tasa de la circulación sanguínea también estimula la secreción de hormonas que alertan a las células del sistema inmune de la presencia de cuerpos extraños (los virus y bacterias que pueden enfermarte).
Al moverte, sube la temperatura corporal, permitiendo que el organismo pueda combatir las infecciones de manera más eficiente.
¿Has notado que durante períodos de estrés estás más propenso a enfermarte? Entre sus muchos beneficios, el ejercicio reduce también la secreción de hormonas relacionadas con el estrés, lo que aumenta tu capacidad de defenderte ante una posible enfermedad. (Sigue…)
