Islamabad.- A 38 ascendieron hoy las víctimas mortales del atentado perpetrado la víspera por un atacante suicida durante el velorio de un policía en la suroccidental ciudad pakistaní de Quetta.
Los primeros partes fijaron en 30 los muertos, pero fuentes hospitalarias indicaron que en las últimas horas fallecieron ocho de los asistentes al funeral y acotaron que el número de occisos aún puede aumentar dada la gravedad de varios del casi medio centenar de heridos.
La mayoría de los fallecidos son policías que acudieron a dar el último adiós a su colega, asesinado a tiros el propio jueves por desconocidos. Uno de ellos es Fayaz Sumbal, jefe de operaciones de la policía de la provincia de Baluchistán, de la que Quetta es la capital.
Según testigos, Sumbal advirtió que entre los asistentes al funeral había un sospechoso y ordenó detenerlo, pero cuando los agentes se disponían a hacerlo, el atacante suicida hizo detonar la carga que llevaba oculta bajo las ropas, calculada entre ocho y 10 kilos de material explosivo.
Baluchistán es un importante bastión de los talibanes y frecuente escenario de incidentes violentos desde un levantamiento contra el gobierno en 2004 para exigir autonomía política y mayor participación de los beneficios de los recursos de la región, rica en minerales, petróleo y gas.
En el territorio también suelen producirse violentos enfrentamientos entre grupos extremistas sunitas y chiitas que solventan desde la violencia sus diferencias respecto al verdadero sucesor del profeta Mahoma.
