Con nulos conocimientos de música y sin sueños guajiros de alcanzar la fama, aunque sí con la necesidad de recursos para seguir sus estudios, la agrupación mexicana Los Ángeles Azules inició su carrera, logrando el reconocimiento en la cumbia a nivel nacional e internacional en los últimos 30 años.
Los hermanos Mejía Avante (Elías, Alfredo, Hilario y Jorge), son los responsables del éxito que ha logrado el grupo que hoy ha llegado a alturas insospechadas.
En entrevista, el líder y fundador del concepto, Elías Mejía Avante, comentó que nunca pensaron en ser los máximos exponentes de la cumbia mexicana y mucho menos que a 31 años de haber surgido, de alcanzar la cúspide del éxito y de viajar por muchos países, hoy vuelvan a resurgir como un fenómeno musical.
«El tributo que nos hicieron en el pasado Vive Latino es lo más grande que nos ha sucedido, especialmente porque las bandas de rock, un género distinto al nuestro, se tomaron la molestia de rendir homenaje a Los Ángeles Azules con un disco de duetos y eso para la familia Mejía Avante no tiene precio».
Emocionado y aún sin asimilar el impacto que han tenido en la cultura musical mexicana, Elías, quien terminó sus estudios de odontología, compartió la dicha que le da el hecho de que estén agotados los boletos para el concierto que ofrecerán este sábado en El Plaza Condesa. «Estamos listos para dar lo mejor de nosotros este 3 de agosto».
Explicó que estos 31 años «han pasado como un relámpago, simplemente nos dedicamos a crecer, madurar y mantenernos en la música, sin buscar jamás la fama, como lo hicieron los más de 20 músicos y vocalistas que pasaron por la agrupación y que desearon tener éxito como nosotros».
Abundó que la «idea de formar un grupo musical fue para buscar alternativas y sostener nuestros estudios y la primera vez que ofrecimos un baile para ver cómo sonábamos fue en el cumpleaños de una amiga de la prepa».
Al finalizar ese festejo sintieron que no lo habían hecho tan mal a pesar de no saber nada de música: «Una vez que escuchamos nuestro sonido nos surgió la necesidad de seguir tocando para poco a poco comprar más equipo y ofrecer mejores bailes en fiestas de XV años, bodas, bautizos y celebraciones patronales».
«Aprendimos, no había otra opción, en nuestra calle los vecinos sólo escuchaban ruidos musicales, incluso no fue hasta que pasaron 15 años desde que nos iniciamos en 1976, para que el Barrio de San Lucas de la Delegación Iztapalapa diera cuenta de que había nacido el grupo Los Ángeles Azules».
Elías recordó: «Yo empecé a cantar de manera desafinada y estuve al frente como vocalista y bajista 17 años, además de ser el chofer, el director musical y todo lo que se podía. Estaba en el último año de preparatoria cuando formamos el grupo y al final de mi carrera de odontólogo ya éramos el fenómeno».
Destacó que al principio fueron sólo cuatro integrantes, Alfredo, Pepe, Jorge y él, para después sumarse las hermanas Martha, Guadalupe y Cristina, así como sus padres que se dedicaban a la administración de la agrupación.
«Desde nuestros inicios tocamos puro ‘cover’, pero no es hasta 1981, que empezamos con temas inéditos como -La cumbia del acordeón y -La cumbia de la paz-, que rápidamente los sonideros se encargaron de hacerlas populares a través de Alfonso Zamudio del Sonido La Changa, es aquí cuando empieza el verdadero sueño musical».
Indicó que la vida de Los Ángeles Azules sólo tiene tres etapas: «Cuando no daban un veinte por nosotros, cuando entramos a Disa como agrupación revelación, y ahora con el tributo de los rockeros con los que celebramos 31 años de trabajo constante».
Elías Mejía reconoció que el primer nombre que se les ocurrió para la agrupación fue el de Playa Azul, sumando a otros músicos que no eran familiares, para darle un sonido más completo y versátil, porque la demanda de cubrir fiestas iba en aumento, entre estos ingresó Raúl, quien fue director en Estados Unidos de un grupo llamado The Blue Angels.
«Este muchacho nos cedió el nombre de esa agrupación que ya no existía y acordamos que cambiariamos Playa Azul por Ángeles Azules de Iztapalapa, pero con el tiempo quitamos el nombre de la demarcación política sin dejar de reconocer y amar nuestra tierra y nuestros orígenes urbanos fusionados con tradiciones pueblerinas».
La agrupación decidió grabar su primer disco con sus propios recursos, para luego integrarse a Discos Pentagrama, donde empiezan con el proceso de composición más en forma.
Siguiendo con el estilo romántico y con un ascenso popular, continúan sonando en las estaciones de radio, pero no es hasta la década de los noventa que el éxito rotundo llega con «Falsa ilusión», que sería la punta de lanza del disco número ocho y último que harían con Discos Dancing, grabado en 1991.
Sin embargo, su camino ascendente se empieza a tornar difícil, por la aparición de nuevos ritmos como la quebradita y la salsa, que tienen un «boom».
Elías Mejía indicó que durante el periodo de 1991 a 1993, estuvieron a punto de abandonar la música ante el embate de estos ritmos, por lo que se dedicaron más a sus estudios universitarios para que en un futuro no tuvieran que depender sólo de la música.
Pero aún no sabían los alcances que tenían en la música a nivel nacional; cuando les llegó la invitación de Domingo Chávez Moreno, uno de los empresarios fuertes de la discografía en Monterrey, quien apoyaba en ese momento a exponentes de cumbia vallenata.
En 1994 lanzan el disco «Entrega de amor», que vendría a romper los esquemas no sólo de los hermanos Mejía, sino incluso del mismo Domingo Chávez Moreno.
«Este álbum nos puso en los cuernos de la Luna, por lo que tuvimos que organizarnos y delegar responsabilidades entre los hermanos, y entonces se queda como compositor y arreglista Jorge Mejía, como director musical José Alfredo Mejía, Hilario encargado de la supervisión del equipo de audio.
«Porfirio Mejía (Papá) encargado de la reparación de los camiones, Martha Avante (Mamá) supervisión, y yo como director general de la agrupación».
Aún no superaban el impacto musical que habían provocado con «Entrega de amor», cuando en julio de 1995 sale a la venta el disco «Sin Pecado».
Elías Mejía recordó con precisión que en septiembre de 1996, lanzan «Cómo te voy a olvidar», con el que logran seis discos de oro por sus altas ventas.
«Con este tema, creo que logramos lo que nunca una agrupación tropical, que era llegar a todas las clases sociales y a todas las estaciones musicales de otros géneros como las dedicadas al pop en las que sonábamos incansablemente», explicó.
Siguen a su larga lista de éxitos, el lanzamiento de «Lluvia de Rosas», del que se desprendió el sencillo «El listón de tu pelo», canción que estuvo siete meses en primer lugar, incluso en la lista de la Revista Billboard: «Algo nunca antes logrado por una agrupación tropical», afirmó.
El grupo de cumbia vuelve a probar las mieles del triunfo, luego de arriesgarse a lanzar este año un disco de éxitos titulado «Cómo te voy a olvidar», en el que comparte créditos con exponentes del rock como Kinky, Saúl Hernández y Carla Morrison, entre otros.
