Nuestro amigo Cory Monteith tenía a un ángel guardián a su lado, su novia Lea Michele, quien básicamente controló a Cory en vida e incluso, en su muerte.
Fuentes cercanas a la pareja, dijeron que Lea tomó el control de todo inmediatamente después de la muerte de Cory y empezó a planear su servicio fúnebre y otros asuntos relacionados a la muerte del actor.
Contrario a lo que se pensaba, la madre de Cory no estaba involucrada en nada, todo fue planeado por Lea.
La actriz siempre intentó proteger a Cory de todo lo que podía, especialmente cuando de su abuso a sustancias se trató. Cory se trataba de una persona dulce e inocente, gente de Hollywood quiso aprovecharse de él, pero Lea siempre lo protegió celosamente de este «zoológico de pirañas», como lo llamó ella.
Fue Lea quien planeó la rehabilitación de Cory, ella estuvo con él, sin embargo, cuando Monteith fue a Vancouver, no había nadie que lo cuidara.
