Hasta este histórico pasado miércoles día 8 del corriente, las expectativas, especulaciones y toda suerte de conjeturas giraban en torno a lo que decidiría el gobierno del presidente Danilo Medina en torno al acuerdo con la empresa minera Barrick Gold, era un torrente diario que uno tenía que escuchar o ver por todos los medios dominicanos día por día.
Uno recordaba parte de lo que narra el profesor Juan Bosch en su libro “De Cristóbal Colón a Fidel Castro: El Caribe Frontera Imperial” sobre el saqueo medalaganario a lo que los grandes imperios sometían a estas hermosas pero pobres isla antillanas, hasta con cierto temor de que esta todopoderosa empresa aceptara así como así lo que el presidente dominicano le exigía: un mayor porcentaje de las ganancias que obtienen por la venta del oro y otros metales que no se van a tirar a la basura.
Pero llego el día. ¡Y que día! Eran alrededor de las siete de la noche hora de Miami, la misma para esta época en la Republica Dominicana, cuando en uno de los salones del Palacio Nacional se anunciaban los detalles de lo que será un acuerdo más que justo para ambas partes.
Con una dignidad patriótica visible en su rostro serio, adusto y tal vez cansado, el presidente Medina escribió con letras de oro su nombre en la historia dominicana.
Logró el mandatario criollo arrancarle a esa empresa lo que todo el pueblo dominicana le ha estado demandando: una mayor y justa distribución de las ganancias que obtienen mediante su tecnología del oro de todos los dominicanos.
La forma en que el presidente Medina saludó a los representantes de la empresa que arribaron a Dominicana especialmente para sellar la finalización del acuerdo, nos hace recordar de nuevo a Bosch: firme, con la mirada fija, la frente en alto y con una alta dignidad que nos hizo vibrar lo más hondo de nuestro espíritu esa dominicanidad dormida que todos llevamos dentro y que el líder histórico del Partido de la Liberación Dominicana defendía y propalaba con tanto amor y fervor por su pueblo.
A este gobierno nos toca a todos los peledeísta protegerlo y apoyarlo sin condición alguna, porque en lo que va de mandato el presidente Medina ha dado demostraciones de tener la voluntad y el coraje-el mismo de Bosch en otras circunstancias histórica- para completar la obra de Juan Pablo Duarte que iniciara el propio fundador del partido morado, que continuara el doctor Leonel Fernández y que empieza a coronar el presidente actual, porque la envidia, ambición y frustración de algunos malos dominicanos buscarán de cualquier forma empañar este histórico gobierno que encabeza Danilo Medina.
