Desde que se anunció la construcción de la terminal de cruceros en la bahía de Maimón, Puerto Plata, muchas cosas han sido liberadas al viento, al mar, a la historia, a los recuerdos y, como en todos los casos, algunas irán al olvido. El baúl se abrió con la pretensión de modificar la ley 314-06. Hay un “palte atrá” del que no se dice, ni se comenta, ni se escribe.
Con el Puerto de Maimón las autoridades añoran revivir el potencial turístico de la que ha sido llamada, a mucho orgullo, la Novia del Atlántico; sus playas, su teleférico, su Cristo sobre la Loma Isabel De Torre, sus montañas y la belleza sin igual de la que el Señor prodigó esta provincia, fue la delicia de dominicanos y extranjeros que llegaban en masas a disfrutar de los “todo incluido”, a hacer negocios y a procurar empleos.
Hoy, esa algarabía por su encanto y su disfrute es cosa del pasado. Los intentos vienen y van en los últimos tiempos para levantar esa zona turística y volverla al pasado, hacerla competitiva conlleva mucha disposición, además de recursos. Después de la caída turística de Puerto Plata nada se ha podido hacer para su renacimiento.
La modificación a ley 314-06 ha sido objeto de intensos reclamos de los habitantes de Maimón, ya que la misma pretende despojar ese Distrito Municipal del sustento que recibe a través de los arbitrios que generan hoteles ubicados allí, y de los recursos que le aportaría el puerto.
Con anterioridad Maimón fue despojado de las comunidades de San Marcos, El Javillar, Costambar, entre otras.
Cuando se ofreció la noticia de la construcción de la terminal de Cruceros a cargo de la empresa Carnival Corporation, a unísono se fueron destapando y desempolvando asuntos muy delicados respecto a terrenos pertenecientes a sucesiones de familias y que son ocupados por personas particulares que por años han pretendido adueñarse de los mismos.
La modificación de la Ley 314-06 mediante la cual se quiere ahora devolver parajes, sesiones y comunidades al municipio cabecera, también encuentra a una gran cantidad de terrenos en litis en los tribunales de Puerto Plata, Santiago y Moca.
Terrenos turísticos próximos a la bahía de Maimón, ubicados en la localidad conocida como La Isla, son codiciados desde décadas atrás.
La Isla es un lugar de batallas y disputa por miembros de varias familias que han heredado terrenos allí con particulares que se han asentado en este paradisíaco lugar y se consideran con derechos. Igualmente, existen terrenos en litis en Palo El Indio, El Toro, Guzmán y Guzmancito, así como en Luperón, entre otros, los cuales, de concretarse la modificación, pasarían a formar parte de la ciudad San Felipe de Puerto Plata.
Los terrenos donde está ubicada la Loma de la Bestia están en litis, y una vez modificada la pieza pasarían a formar parte de la ciudad y sería un gran paso para que la Alcaldía construya el anhelado relleno sanitario cómo ha `proyectado.
Asimismo, en terrenos que se disputan en la justicia se encuentra una loma en la comunidad de Guzmancito, cuyo nombre no he podido obtener, que es codiciada por empresas mineras extranjeras para realizar exploraciones ante la posibilidad de que en su interior existen metales preciosos en grandes cantidades. También es apetecida por ingenieros y constructores de la terminal de cruceros para la extracción de materiales para levantar esa obra.
Una vez la ley sea modificada, la mayoría de esos terrenos en litis estarían en las manos del senador Francis Vargas y el síndico Walter Musa. En las manos, explico, porque formarían parte del plan para levantar el turismo en Puerto Plata y, por ende, ahí sí recibirían los arbitrios que buscan, serían en mayor proporción quizás que los que recibe actualmente el distrito municipal en cuestión.
Una vez pertenecientes a la ciudad, la inversión extranjera tendría las puertas abiertas con la gran oportunidad de hacer negocios en esos terrenos, con iguales o mayores posibilidades el gobierno en manos del Ministerio de Turismo y del Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana.
Un palte atrá más son los reiterados intentos de personas en vender terrenos que se encuentran en litigio con otros familiares ubicados en parajes de Maimón que pasarían a formar parte de la ciudad. Los inversionistas extranjeros a quienes les han propuesto la venta, al momento de realizar los trámites, les han solicitado la presencia de los demás miembros.
Con la modificación a la pieza muchas otras cosas que se han ocultado por décadas podrían ser liberadas al viento.
El ministro de Turismo y las autoridades locales de la provincia saben a ciencia cierta que Puerto Plata requiere de obras extraordinarias como campos de golf, villas, hoteles, enlaces viales estratégicos, zonas de esparcimiento y más, mucho más, para levantarla y hacerla competitiva. Esos terrenos no existen en otra parte, sino que están ahí, próximo a la ciudad, próximo al senador, próximo al síndico, y se llama Maimón.
La modificación a Ley 314-06 está ahora a la espera de la sanción al proyecto de ley de ordenamiento territorial de acuerdo a los presidentes de ambas Cámaras legislativas, pero vista desde mi óptica esto es solo una formalidad a la macabra pretensión.
Un tema del que se sabe poco en Puerto Plata ha sido la visita reciente del procurador de la República Francisco Domínguez Brito, donde, se dice, mediante el Plan Convivencia Ciudadana, trató estos casos junto a fiscales y jueces de la provincia.
