La Fórmula 1 siempre ha sido una competición donde los fabricantes la han usado para realizar investigación y desarrollos de sistemas que pudiesen llevarse con los años a los coches de calle. Era una de las competiciones más innovadoras, y todavía sigue siéndolo, pero bastante menos. Una de las marcas que estuvo pensando en entrar a la Fórmula 1 fue Porsche pero la falta de relevancia del coche les echó para atrás.
Lo ha explicado Wolfgang Hatz en una entrevista a la revista Autocar. El jefe de investigación y desarrollo de Porsche ha señalado que tuvieron planes muy serios para entrar a la F1, pero al ser una marca de coches deportivos necesitaban que la inversión que hiciesen llegase a sus coches, y eso es algo que no veían posible.
Hatz señala que la marca siempre ha estado trasladando su aprendizaje en las competiciones de motor a los coches de producción, por eso tenían claro desde hace dos o tres años que tenían que regresar a la alta competición y su elección era entre la Fórmula 1 y los automóviles deportivos como los LMP1 de Le Mans.
Pero la decisión final fue la única lógica. La F1 era una alternativa, pero la relevancia del camino no esta allí.
Pero esa no es la única razón que les apartó de tomar la decisión definitiva de incorporarse a la Fórmula 1, y es que también consideran que se habla mucho de política en comparación de los motores y los chasis. El jefe de investigación y desarrollo de Prosche ha hablado muy bien sobre la aerodinámica, la que ha calificado como increíble, pero de nuevo es algo que no se puede llevar a los coches de calle ya que es demasiado extrema para cualquier desarrollo de coches de producción.
Desde luego la postura de Porsche es muy comprensible y lógica, cada marca y fabricante elige las razones por las que deben o no estar en una competición como la Fórmula 1, que al fin y al cabo deben ser las mejores para su negocio. Y esta mítica marca ha decidido que en las condiciones actuales no les conviene, aunque quien sabe si dentro de unos años se lo vuelven a plantear.
