Washington.- El presidente Barack Obama prepara acciones ejecutivas extraordinarias para el control de armas de fuego, luego que en este asunto la Asociación Nacional del Rifle (ANR) le ganara la primera partida al gobierno estadounidense.
Acorde con un comunicado de la Casa Blanca y el vicepresidente Joseph Biden, Obama podría dictar las nuevas leyes federales este viernes o en los siguientes cinco días porque el jefe de Estado asegura contar con el respaldo del 90 por ciento de la población.
Encuestas de opinión organizadas en una docena de estados reflejan que el 93 por ciento de los ciudadanos consultados están a favor de endurecer las normas nacionales respecto al comercio de armas y la vigilancia de los compradores.
Tras la matanza de niños en Newtown, en diciembre último, el gobernante demócrata ya certificó un paquete de legislaciones especiales sin la anuencia del Congreso y tal decisión atrajo la condena de los conservadores sobre la Oficina Oval.
Biden afirmó a reporteros que Obama adelanta otro plan de resoluciones y decidió hacerlo público después que el Senado -presionado por cabilderos de la ANR- rechazara el miércoles una propuesta bipartidista sobre control de estos pertrechos en manos civiles.
También la líder minoritaria de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se mostró optimista y señaló que nuevas estrategias gubernamentales para reducir la violencia son inevitables. Solo es cuestión de tiempo, aunque quizás sea algo inconcebible para la ANR, dijo.
Pelosi no mencionó un plazo determinado, pero predijo que la presión popular sobre la reciente decisión del hemiciclo parlamentario obligará a que varios congresistas reconsideren sus votos.
El Senado federal rechazó hace dos días una propuesta para aumentar la supervisión en la compra de armas, marcando una derrota para los que desean evitar masacres como las de Connecticut en diciembre.
Con una votación de 54-46, el plenario de la cámara alta anuló la iniciativa de los legisladores Joe Manchin y Pat Toomey. Un total de 60 sufragios positivos eran necesarios para dar curso a un proyecto que llevaba el visto bueno de Obama.
La idea general era expandir el requerimiento de cheques de respaldo para todos los compradores de armamentos, en un país donde se fabrican anualmente más de cinco millones de estos artefactos mortíferos.
Congresistas demócratas de Arkansas, Montana, Alaska y North Dakota -estados con fuerte influencia de la ANR- votaron en contra de la modificación legislativa e hicieron fracasar el debate.
