Guerra y paz. La primera es antiguo mal invento del hombre, la segunda el más anhelante de los sueños humanos. Guerra es destrucción, calamidad, terror. La paz es la quietud cuando se respeta el derecho ajeno. Cuando se acaba la injusticia, cuando la actuación de los que gobiernan beneficien a los necesitados. La guerra se acabara cuando haya acuerdo en construir un mundo de bien común en el lugar de ampararnos en la riqueza y el poder para ostentar ego con vanidad y tener dominio sobre los demás.
Hoy reconozco que los tratados y los convenios han controlado algo esa peste tan primitiva de todas las civilizaciones como culturas conocidas. La guerra. Oremos para que los mecanismos de las Naciones Unidas a través de su consejo de seguridad y la diplomacia frenen los vientos de guerra en; la península coreana, el medio oriente, en los países del áfrica donde hay acciones bélicas por diferentes causas.
Hoy todos vemos el accionar de miles de las ONG en países de los 5 continentes así como organizaciones que se entregan por entero a trabajar por esa prenda del vivir y comportamiento humano. La paz. Guerra y paz, es hablar de luz y sombras para las naciones. Hablar de la guerra es noticia que en los últimos tiempos se convierte en espectáculo en el cual por desdicha en lugar de artistas con escenas de baile, hay soldados en combate, personas inocentes que en muchos caso pueden ser víctimas.
Que la paz reine en América. Donde los conflictos de esta magnitud se han reducido de forma especial es en nuestra América Latina, que constantemente se ve amenazada por disturbios sociales que pueden terminar en guerras civiles. Superemos las situaciones que llevan a los pueblos a tomar rebeldía y a los que dirigen los estados a cumplir con objetivos como las metas del milenio y las naciones con categoría de súper potencia vea el lado oscuro de la industria armamentista.
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