Patriota es el ciudadano que sabe que es uno con los otros, se ve en ellos. Se encuentra él mismo, comprende que previene de uno solo. Es lo más íntimo de él, todos son una misma persona. Ejercita la confianza como el gran fruto de la hermandad. Nunca está dormido el amor de patria sana y prospera. Esa es su vida.
El patriota dominicano observa que los políticos dominicanos saben que sus codicias están por encima de la Constitución y leyes. Tienen un acuerdo callado, silencioso, que se sobreentiende, por eso se permiten que cada cuatro años sean millonarios con su diosa impunidad.
El patriota se vence en el amor para servir, trabaja con la mente y los sentidos en buena función moral, todo en orden. Es la mejor travesía por el mar proceloso de la sociedad degradada donde se valoran por lo que tienen y no por lo que son.
El patriota ejerce su singularidad personal, no la pierde, sería abandonarlo todo. Educa con el ejemplo, sabe que forma el valor del carácter. No trata de conocer a toda costa las opiniones de los demás ni fundamenta en ellas su propia opinión.
Se centra en su visión como meta, adquiere hacerlo todo. Promete y cumple, tiene la armonía entre cuerpo, espíritu y alma. Concordia. Sabe es la imagen de sus pensamientos. Vive alejado, no resiste respirar el mismo aire que contaminan los corruptos. Sabe cuál es su obligación, la ejecuta no importa las adversidades, lo primordial es el deber cumplido.
El político es calculador egoísta. Carece del yo moral interior y pureza espiritual. Ama lo exterior material, por eso yerra como un salvaje. Vive en el desacato.
Niega las costumbres de los mayores, la disciplina administrativa honesta, el respecto al erario, la salud y la educación, por eso no tiene forma, es desordenado.
No ama, la amistad es por utilidad y se aprovecha de los otros. En el poder es ciego, sordo y mudo, olvida las relaciones, lo bueno de los demás le molesta. El erario es una asignación personal.
Un llamado interior me detuvo el bolígrafo. Meditabundo paseaba por la galería de lectura de los clásicos, las neuronas presentan al griego famoso por sus cartas, Pomponio Atico, contestando una misiva de su amigo cónsul de Roma Marco Tulio Cicerón.
Querido Marco:
Hay dos clases de políticos. El que ama la tolerancia por si mismo y cree que todos los hombres la aman por naturaleza. Y el que se casa con la tolerancia para ocultar las actividades de los seres viciosos que lo apoyan.
Las riquezas en las declaraciones juradas que informa el político antes de asumir el cargo, nos inclina a analizar la patología política. Estudiar los males políticos que se suscitan y los factores que contribuyen a que dichos males se presenten.
Los desajustes sociales son graves, inhumanos, aumentan la separación entre las clases. A veces causan males inimaginables. Debemos analizar los factores que producen los insoportables desajustes, razonando la patología social.
Nuestros invitados de hoy: Bob Marley: lo difícil no es luchar por aquello que se quiere, es no desistir de aquello que se ama.
Einstein: Intenta no volverte una persona de éxito, sino una persona de valor.
El autor es vicealmirante retirado de la Marina de Guerra.
