Con la muerte del Presidente Chávez, los pueblos americanos han sufrido una gran pérdida, ojalá no transcurran muchos años para que volvamos a encontrarnos con un latinoamericanista y caribeño caracterizado con tales estirpes o raíces, resulta altamente perjudicial para los mejores intereses de nuestros pueblos la desaparición física de este hombre. Para los que creemos en la soberanía territorial, el progreso y la libertad, esto representa un duro golpe.
Recuerdo a este hombre cuando lo conocí en el Sexto Foro de Sao Paulo, celebrado en San Salvador en julio del 1996, estuve allí representando al MIUCA y al Partido Comunista del Trabajo PCT. En aquella ocasión, Chávez se reunió con la delegación dominicana y nos dijo que buscaba conocer a fondo la realidad de nuestro país, nos dedicó a cada uno su folleto titulado «Agenda Alternativa Bolivariana» la cual conservé hasta el 1 de octubre del 2012 fecha en la cual delincuentes violaron mí vehículo y se llevaron el bulto donde guardaba ese proyecto de gobierno bolivariano.
En el encuentro de San Salvador observábamos al hombre que había salido amnistiado luego de ser encarcelado por la intentona de derrocamiento del gobierno de Carlos Andrés Pérez, vimos al militar que se presentaba dispuesto a asumir posiciones revolucionarias, cuestión comprobable en el texto que nos entregó en la reunión y lo cual manifestó de forma directa.
Los dominicanos que conversamos con Chávez, no dudábamos de la actitud de este militar, pero tampoco podíamos predecir, que el mismo sería Presidente poco tiempo después. Desde luego que pudimos quedar claros en el hecho de que se trataba de un líder militar progresista, que venía de intentar derrocar a un gobierno corrupto, lo cual no pudo, pero que con esa acción revolucionaria, creó el germen de la rebeldía que lo llevaría al poder pocos años después.
Cuando en 1998 se produjo el triunfo de Chávez, escribí algunas líneas en el periódico La Nación, tituladas «Chávez o Algo Más» en ellas traté de señalar que este hombre nos había entregado en San Salvador sus objetivos en la política venezolana, que la región podía esperar mucho de él, pues se trataba de algo distinto al modelo que padecíamos.
Hoy el Presidente Chávez Frías ha dejado de existir físicamente, pero las acciones que desarrolló, tanto en su amada República Bolivariana de Venezuela, así como muchas otras regiones del mundo son evidencias claras de que supo interpretar el pensamiento del Libertador Simón Bolívar, especialmente en lo relativo a su lucha por la Independencia, Progreso y Soberanía de nuestras naciones. Este supo enfrentar la arrogancia y acciones humillantes de las potencias imperiales, de forma concreta la norteamericana, británica y española. Igual que hizo Simón Bolívar, es Chávez quien trata de lograr la conformación de una unidad latinoamericana y caribeña, misma que debe poner a estas naciones en condiciones de disponer de sus riquezas naturales y evitar que los países poderosos no sólo nos dicten pautas; sino que además, nos roben nuestros bienes.
Hemos perdido al hombre que al igual que Bolívar enfrentó la dominación española y los intentos norteamericanos a principios del siglo XIX, éste trabajó duramente para frenar y terminar con la dependencia que nos han impuesto los norteamericanos y otras potencias imperiales.
Recuerdo aquella frase de la época en que desaparecieron algunos líderes como, Mao Tse Tung, Enver Hoxa y otros; cuando decíamos, ¡Qué ese Gran Dolor, se convierta en fuerza, fuerza! Tratar de que así sea y de que la voluntad expresada por el líder fallecido, en el sentido de que en caso de ser vencido por la enfermedad, disponía que el candidato a la Presidencia debía ser el Vice Presidente Nicolás Maduro, quien tiene en su trayectoria, los conocimientos suficientes para comprender el significado de la lucha de clases y de la contradicción fundamental existente en su país, la cual no es otra, que entre el pueblo venezolano por su independencia y soberanía y el imperialismo norteamericano por subyugarlo. Esperemos que se imponga el deseo de los venezolanos, que es la continuación del pensamiento del gran libertador Simón Bolívar y de su más alto continuador, Hugo Chávez Frías.
