Pero esta coincidencia de criterios e ideas se hace más evidente cuando se analizan los discursos de ambos al recibir el Premio Nobel de la paz en Oslo: Martin Luther King en el año 1964 y Barack Obama en el año 2009.
Martin Luther King, al recibir este galardón internacional de manos del Rey de Noruega emocionado expresó: “Los luchadores no violentos podemos resumir nuestros programas, con estas palabras: tomamos medidas directas contra la injusticia, pase a las negativa del gobierno y otras instituciones oficiales que deberían ser las primeras en ocuparse de ellas.
No obedecemos ninguna ley, no nos sometemos a ninguna medida que lesione la justicia. Actuamos pacífica, sincera y públicamente porque deseamos convencer. Elegimos la no violencia porque aspiramos a una sociedad en paz, Tratamos de convencer con palabras, pero cuando estas no son escuchadas, lo intentamos con los hechos.
Siempre estaremos dispuestos a un compromiso justo, pero cuando sea preciso estamos dispuestos a sufrir e incluso poner nuestra vida en juego para que nuestra muerte sea asimismo testimonio de nuestra verdad.
Tengo presente que ayer mismo en el Estado de Alabama nuestros hermanos que clamaban por la libertad de todos los hombres fueron recibidos con mangueras contra incendio, perros enfurecidos y policías mas enfurecidos todavía que saben manejar bien las cosas para causar la muerte.
Tengo presente que ayer mismo en Filadelfia y en Mississippi, jóvenes que intentaban asegurase el derecho al voto fueron apaleados y asesinados.
Debo, por tanto, preguntarme porque se concede este premio a un movimiento que está asediado y comprometido en lucha tenaz, a un movimiento que no ha conseguido la paz y la hermandad que constituye la esencia del Premio Nobel.
Tras honda reflexión, llego a la conclusión de que este premio que yo recibo en nombre del movimiento, implica un profundo reconocimiento de que la no violencia es la respuesta a las cruciales cuestiones políticas y raciales de nuestra época.
Acepto hoy este premio con una fé íntima en Norteamérica y una audaz fé en la Humanidad.
Me niego aceptar la idea de que el hombre sea un simple madero flotante en el rio de la vida que le rodea. Me niego aceptar la idea de que la Humanidad está tan trágicamente ligada a la noche oscura del racismo y la guerra y que jamás quiere llegar hacer una realidad la radiante luz y la fraternidad.
Varios años después en este mismo salón siendo presidente más poderoso de la tierra, Barack Obama al recibir el Premio Nobel de la Paz, se expresó emocionado al igual que Martin Luther King, de la manera siguiente: “hoy debemos comenzar a reconocer el difícil hecho que no radicaremos el conflicto político en nuestra época. Habrá ocasiones en que las naciones actuando individual o conjuntamente concluirán que el uso de la fuerza no es solo necesario, sino justificado también moralmente.
Hago esta afirmación consciente de lo que Martin Luther King dijo en esta misma ceremonia: “la violencia misma no produce paz permanente, no resuelve los problemas sociales: simplemente crea problemas más nuevos y más complicados”.
Como alguien que está parado aquí, como consecuencia directa en la labor en la que Martin Luther King le dedicó la vida, soy prueba viviente de la fuerza moral de la no violencia, sé que no hay nada débil, nada pasivo, nada ingenuo en las condiciones y vida de Mahatma Gandhi.
Solamente una paz justa basada en los derechos inherentes a la dignidad de todas las personas realmente la paz puede ser perdurable.
Fue este entendimiento lo que motivó a quienes redactaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos después de la Segunda Guerra Mundial. Tras la devastación y las decenas de millones de muertes, reconocieron que si no se practican los derechos humanos la paz es una promesa vana.
Gandhi con la existencia pacifica logró la emancipación e independencia de la India. Martin Luther King no pudo ver cristalizado su sueño debido a su repentina muerte ¿Podrá Barack Obama ver la tangibilización de su sueños, y al igual que Gandhi, ver hecha realidad sus aspiraciones, y así cumplir con las promesas y compromisos contraídos con el pueblo norteamericano y el mundo?.
De seguro que este hombre de carácter, audaz y talentoso, sabrá vencer con sabiduría los escollos encontrados en su primer mandato presidencial, y de esta manera salvar los obstáculos que le ha hecho imposible transitar por los escabrosos caminos, durante los últimos 4 años.