Orizonia, presionada por la demora de la luz verde a su compra por Globalia y que solicitó el pasado viernes un preconcurso de acreedores, podría cerrar varias divisiones con excepción de Orbest y la sección de viajes Vibo, que cuentan con posibles compradores, y emprender un plan de despidos que afectaría a entre tres mil y 4.500 de los poco más de cinco mil empleados de su plantilla en España.
Luego de un encuentro con la directiva de Orizonia en Palma la tarde del lunes, fuentes sindicales informaron que la compañía anunció que cerrará parte de sus activos si no encuentra compradores a corto plazo (inicios de marzo), con excepción de una parte de la aerolínea Orbest y la red de agencias de viajes Vivo.
Según esas fuentes, la dirección del grupo ha convocado para el miércoles a los sindicatos en Madrid para explicar su plan de viabilidad y anunciar que conservará la aerolínea Orbest y Vibo, que tendrían con varias ofertas de compra, mientras que el resto de las divisiones serían desmanteladas, incluido el grupo de mayoristas.
En el caso de Luabay, la división hotelera es gestionada desde diciembre por Globalia, como garantía por los 15 millones que aportó el grupo de Juan José Hidalgo tras el anuncio de la operación de compra.
Fuentes de Orizonia habrían revelado que, ante el deterioro de la situación y la demora del dictamen de la CNC, no existe actualmente una salida global de venta y que los esfuerzos se centran ahora en salidas parciales con empresas puntuales, buscando dar continuidad a algunas líneas de negocio y salvar el mayor número de empleos posibles.
El viernes el grupo se acogió al preconcurso de acreedores, en vista de que su integración en Globalia (acordada en diciembre) está paralizada por decisión de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC), cuya decisión de alargar el análisis de la operación podría demorar el fallo por varias semanas más.
Globalia, que tras el anuncio de la CNC decidió no continuar aportando fondos hasta tanto sea segura la venta, lo cual complicó aun más el estado de Orizonia, ha señalado que sigue pendiente de la situación tras los últimos acontecimientos del pasado viernes y este lunes.
Sin embargo, acotó que el nuevo paso del gigante turístico en problemas podría modificar sus planes de compra, al imponer una adquisición parcial y no total como pretendía Globalia, algo que implicaría estudiar nuevamente la operación a fondo.
En los sindicatos, dijeron fuentes gremiales, crece el disgusto, y este martes en Madrid dirigentes sindicales deben acordar movilizaciones para los próximos días.