El amor en tiempos de violencia y falta de valores

La sociedad dominicana se ha visto afectada desde la última década por una violencia extrema en la que la vida de una persona puede valer menos que una mota, por no decir nada, a lo que se le añade la falta de valores que amenaza con destruirlo todo.
 
A diario tenemos un bombardeo de opiniones por doquier en las que sólo se habla el lenguaje de crimen organizado y sin organizar; el delito, impunidad, ilegalidad, inequidad, desasosiego, injusticia, corrupción, por lo que la gente se siente cada día atemorizada, sin esperanza y ajena a ser solidaria con su prójimo.
 
Estos temas que reflejan los males sociales tienen un común denominador: la falta de amor. La pérdida de este sentimiento que supera a todos los demás y que dio razón de ser a la humanidad se está escapando de nuestras manos. Los dominicanos debemos estar alerta porque cuando se extinga totalmente de nuestro centro de existencia simplemente no seremos nada.
 
No es la sociedad que está en crisis por lo que humildemente creo rebatirle a sociólogos y a otros especialistas sobre el tema. Lo que está en crisis es el amor. Nos está faltando amor para seguir siendo el pueblo tranquilo de gente hospitalaria, solidaria y de buen corazón.
 
En nombre del amor son asesinadas cientos de mujeres anualmente en el país; y yo me pregunto ¿es eso amor?. No puede serlo. Es el egoísmo disfrazado del más puro de los sentimientos humanos. Es el ego masculino irritado al saberse excluido del corazón de la mujer que una vez fue tratada como objeto y, por temor a ser señalado por su entorno social, cometen estos salvajismos.
 
Es por falta de amor que a diario son violadas niñas y niños sin que los mal nacidos se detengan a observar la inocencia de sus cuerpos. No pueden verlos, no tienen amor en sus corazones.
 
Es por falta de amor a la vida que se cometen los atracos, asaltos, asesinatos sin reparos, que hacen incrédulos los esfuerzos que realizan las autoridades.
 
La falta de amor en la gente les impide ser solidarios, los detiene a pensar en aquellos que tienen menos que un plato a diario de comida y de un techo que los llene de esperanza.
 
Es por la falta de amor que existen hombres y mujeres que se proponen ser ricos de la noche a la mañana, aunque en esta aspiración pierdan sus vidas y tengan que enviar al otro mundo a dos o tres personas. El afán de tener bienes materiales se impone cada día en la sociedad dominicana. Muy pocos se conforman vivir limitados económicamente.
 
Las sociedades se construyen con amor: las leyes, las instituciones, los proyectos, para todo se requiere amor, si falta, automáticamente se está condenado a desaparecer, a ser nada.
 
Si la sociedad dominicana continúa de la forma en que se encuentra actualmente en unos años tendrá que reinventarse.
 
La Iglesia, las escuelas, los clubes, las sociedades de padres, civil, comunitarias, en fin, deben iniciar prontamente una campaña para hacer que la gente sienta amor por la vida, por la naturaleza, por su patria y por todas las cosas de las que Dios les ha rodeado.

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