Los haitianos que vienen a la República Dominicana a trabajar tardaron más de una semana para regularizar su situación en la frontera que une a Juana Méndez, con Dajabón (de este lado de la isla); pero, los ciudadanos del vecino país, que tienen mucho dinero, mal habido por demás, entran y salen de la nación “como chivos sin ley” y sin ninguna restricción por parte de los agentes de Migración y del Ejército de puestos en esa zona.
Una fuente de crédito irrefutable informó a este multimedios DominicanosHoy que: “Estos haitianos con cuartos tienen una mafia, se cogen las ayudas humanitarias que llegan a Haití, ingresan a la patria con pasaportes dominicanos ilegales, conseguidos a través de abogados y gente de la Dirección Nacional de Migración”.
Los nacionales haitianos a quienes se hace referencia en esta información entran y salen como “Pedro por su casa”; muchos de ellos residen en Santo Domingo, no pagan impuestos, lavan dinero y son tratados mejor que los empresarios dominicanos, mientras que a los pobres, aquellos que piden que los dejen venir a trabajar, son pateados y deportados, sin ni siquiera dejarlos recoger sus pertenencias.
“Los pobres haitianos, carga block, pega mezcla, limpia patios, bota basura y vende jugos, son maltratados en la República Dominicana; pero, los otros, que hacen negocios ilícitos, trafican con armas, drogas, donaciones, tecnologías, son admitidos sin preguntárseles ni su nombre en los puestos de Migración y el Ejército en la frontera”; agregó el informante.
Sin duda, existe un gran abismo entre los haitianos trabajadores y “los mafiosos que vienen a delinquir”.
Denuncias
Hace unos meses, el presidente de la Junta Central Electoral (JCE), Roberto Rosario Márquez, reveló la existencia de una mafia que se dedicaba al pago de dinero a mujeres dominicanas para que declaren como hijos suyos a haitianos.
Rosario Márquez sostuvo que una demostración de ello es que descubrieron varios casos en la Unidad de Declaraciones Tardías de ese organismo electoral, lo que a su juicio es un hecho grave que devela las maniobras que realizan las redes dedicadas a esa práctica ilegal para lograr sus propósitos.
También el periodista Alexander Joseph Gálvez advirtió que funcionarios haitianos y sectores, que no especificó, se están haciendo ricos con las ayudas que llegan al devastado Haití, procedente de otras partes del mundo, incluyendo desde la República Dominicana.
El gran número de menores de nacionalidad haitiana pidiendo limosna en las principales vías de las ciudades de Santo Domingo y Santiago son una situación que delata un tema viejo: la mafia aprovecha la vulnerabilidad de los infantes para sacar provecho de sus necesidades.
Líos, frontera y mercado
Tras una semana de gran tensión en la zona limítrofe, específicamente por Dajabón, debido a una gran cantidad de haitianos que intentaban cruzar sin documentos que les permitieran trabajar en República Dominicana, la Dirección General de Migración entregó los primeros 210 carnés, con lo que se inició la regulación de la mano de obra foránea. El documento, en Aplicación de la Ley de Migración No. 285-04, servirá para que estos sean contratados por empresarios nacionales, puedan circular sin inconvenientes y cotizar dentro del Sistema de Seguridad Social.
De acuerdo con el director de Migración, José Ricardo Taveras Blanco, unos seis mil millones de pesos al año se gastan en servicios a foráneos que no aportan al sistema de salud dominicano, pese a que laboran en la nación.
El carnet está dotado con la firma, foto y huellas dactilares de sus propietarios. Además, a cada uno se le hizo una profilaxis a través de la Interpol, la Dirección Nacional de Investigaciones (DNI), y la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD).
La semana pasada, numerosas opiniones y debates de expertos, políticos, religiosos, y ciudadanos en general, generó la orden de no dejar pasar al territorio nacional a mil 80 haitianos que demandaban su regreso a la República Dominicana por la frontera de Dajabón, sin contar con la documentación adecuada.
Todo se inició con la solicitud de regularizar el acceso de los trabajadores agrícolas haitianos que desde el domingo, seis de enero, se mantenían en medio del puente sobre el río Masacre, exigiendo la entrada al país. Las consideraciones no se hicieron esperar y mientras algunos estaban a favor, otros mostraban su total desacuerdo a permitir la entrada de cientos de inmigrantes de la vecina isla; pero, ninguno habló sobre el tema de las mafias que allí operan. Cabe destacar que Haití es el segundo socio comercial de la República Dominicana y la mayoría de esos beneficios lo representa el negocio en la frontera.
Luego de dos fechas sin funcionar, la normalidad retornó paulatinamente a Dajabón y la zona contigua, con el montaje del mercado binacional, que se celebra a inicios y final de la semana laboral.
Reprimenda y Ministerio Trabajo
En medio de una marejada de informaciones a favor y en contra del ingreso al país sin los permisos requeridos, el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez le dio “una bofetada sin manos” al padre Regino Martínez, al considerar que este no estaba actuando bien en el conflicto generado con la multitud de haitianos, que durante siete días permanecía en la frontera domínico-haitiana, en procura de que se les permitiera pasar a territorio dominicano.
El religioso reiteró su posición de que ningún tercero, sea embajador, sacerdote o gobierno extranjero, debe intervenir en la aplicación de las políticas migratorias dominicanas y aunque consideró que Martínez no ha violado ninguna norma canónica, de manera personal piensa que está actuando mal.
Por más de un mes, decenas de trabajadores haitianos permanecen en la calzada del Ministerio de Trabajo, en demanda del pago de prestaciones laborales que hace a una empresa distribuidora de Coco en la ciudad de San Cristóbal, la cual se declaró en quiebra.
Por fin, el pasado viernes, la ministra de Trabajo, Maritza Hernández, apoderó a un tribunal de San Cristóbal de la demanda y explicó que con esa decisión la entidad culminó con la parte que le correspondía en torno a la situación de los inmigrantes ilegales del vecino país, quienes permanecen en vigilia reclamando sus derechos y dicen que de allí solo salen “muertos”.
Muchas voces se han levantado sobre el conflicto suscitado en la frontera dominico-haitiana; empero, ninguno se ha expresado en cuanto a los haitianos que hacen “lo que les da la gana”: trafican con todo sin ser tocados “ni con el pétalo de una rosa”, simplemente, porque tienen dinero.
“¿Por qué el cardenal López Rodríguez, Pelegrín Castillo, el propio padre Regino y las autoridades no hablan sobre el tema de la mafia organizada que tienen muchos haitianos y que algunos de ellos saben que operan en gran parte de la geografía dominicana?”, concluyó el informante.
