¿Te pasa a veces que no puedes controlar las ganas de orinar y debes correr al cuarto de baño para evitar mojarte? ¿O después de correr solamente eliminas muy poca cantidad de orina? En ambos casos, es probable que estés sufriendo de incontinencia urinaria, una condición que suele afectar más a las mujeres, pero que puede combatirse al cambiar algunos hábitos. Descubre 10 claves para controlar este problema, sin mucho esfuerzo.
Anais solía destacarse por sus estruendosas carcajadas cuando algo le resultaba gracioso. Pero desde que tuvo su primer parto, las gracias pasaron a ser bochornosas para ella, pues le cuesta mucho reír sin que se le escape algo de orina. Incluso, a veces le ocurre lo mismo al estornudar o cuando trata de levantar algún objeto muy pesado.
Lo que le pasa a Anais es más común de lo que se cree. Se trata de la denominada incontinencia urinaria, es decir, la pérdida del control de la vejiga que puede producirse por una debilidad de los músculos que la mantienen cerrada o porque esos músculos son hiperactivos.
El primer caso es el de Anais: cuando los músculos pierden fuerza y la orina se puede escapar al reír, estornudar, toser o al levantar un objeto pesado. A este tipo de incontinencia se la llama “incontinencia por estrés”.
Por otra parte, cuando la incontinencia se produce porque los músculos de la vejiga están demasiado activos se denomina “incontinencia por urgencia” y lo que produce es la sensación de tener muchas ganas de ir al baño cuando, en realidad, hay poca orina.
Aunque la incontinencia urinaria puede ocurrirle a personas de todas las edades, es más común en las mujeres que en los varones, y es más frecuente luego del parto o de la menopausia. A veces también puede ser provocada por alguna infección, pero en esos casos se trata de una incontinencia pasajera.
Los síntomas de este trastorno pueden variar desde una fuga de orina leve hasta la salida abundante e incontrolable de la orina, algo que puede ser realmente molesto y penoso para cualquiera.
Afortunadamente, existen distintos tratamientos para corregir esta situación, que dependerán del tipo de incontinencia y del estilo de vida de la persona, que van desde ejercicios para fortalecer los músculos hasta la cirugía.
