Damasco.- El plan de paz propuesto por el presidente Bashar Al Assad encuentra en Siria nuevos apoyos en el sector religioso, a partir de sus premisas de defender la unidad nacional, la soberanía y la autodeterminación.
Líderes confesionales y funcionarios responsables de dichos asuntos se suman a las muestras de adhesión manifestadas por partidos políticos y organizaciones sociales y estudiantiles a la iniciativa del mandatario.
Muhammad Abdulsattar Assayed, ministro de Asuntos Religiosos (Awkaf) y predicadores de las mezquitas, llamaron a todos los sectores del pueblo sirio a participar en el diálogo nacional al cual convocó el Ejecutivo.
Por su parte, el líder de la Unión de Ulemas de Al Sham (Levante) exhortó a respaldar la propuesta que pretende poner fin a más de 22 meses de enfrentamientos entre el Gobierno y los grupos opositores, armados y financiados por potencias occidentales y árabes.
Durante su sermón semanal del viernes, Al Bouti argumentó que existe una oportunidad para corregir los errores de quienes se arman y declaran la Yihad -Guerra Santa- contra sus hermanos, para volver a la razón a través del plan político expuesto por Al Assad.
Quienes llaman de esta supuesta Yihad y destruyen el ser humano son herramientas en manos de un proyecto colonialista, y deberían aprovechar esta posibilidad de renunciar a sus comportamientos y defender la Patria, en vez de implicarse en matanzas y combates, enfatizó el líder religioso.
El plan de paz presentado el domingo por el presidente sirio, busca concretar una solución negociada mediante un cese de las hostilidades, el llamamiento a un diálogo nacional, la convocatoria a una Asamblea Constituyente que redacte una nueva Constitución, así como un referendum aprobatorio.
Luego prevé la celebración de elecciones para escoger un nuevo gobierno de amplia base, donde puedan figurar todas las tendencias políticas, excepto aquellas que reciben órdenes de intereses foráneos, según explicó el propio mandatario.
Destaca el hecho de que la iniciativa negociadora propone dialogar con todos los sectores sociales, sin discriminación de sexo, raza, etnia, religión o tendencia política, siempre y cuando sea sobre la base de la soberanía nacional.
Ello contrasta con los llamamientos de muchos de los grupos que integran el bando insurgente que de triunfar, como anuncian, impondrán un Califato en Siria basado en una ideología islámica radical.
Entidades como el llamado Frente Al Nousra, brazo armado de la red terrorista Al Qaeda en territorio levantino, ha proclamado una guerra sin cuartel contra quienes no acaten su ideología.
Decenas de miles de miembros de las minorías cristianas, drusas y alauitas han abandonado el país debido a las amenazas de muerte dirigidos por aquellos.
