Washington.- El presidente Barack Obama retoma este jueves con el Congreso de Estados Unidos las negociaciones sobre el abismo fiscal, cuando faltan apenas cuatro días para que finalice el año.
Obama interrumpió sus vacaciones navideñas en Hawai y regresó a Washington en un intento por subrayar ante la opinión pública el interés de la Casa Blanca en resolver el problema.
De no llegarse a un acuerdo, a partir de enero los estadounidenses sentirían el peso del abrupto incremento de impuestos para casi dos tercios de los contribuyentes e importantes recortes de gastos federales, entre ellos los subsidios para desempleados.
Estimados oficiales advierten que si el Ejecutivo y el Capitolio no lograran un pacto, la economía nacional sufriría una contracción del cuatro por ciento durante el primer trimestre de 2013.
Una encuesta publicada la víspera reveló que la mayoría de los votantes creen en la probabilidad de una recesión el próximo año, independientemente de si los legisladores adoptaran un acuerdo de último minuto para evitar el precipicio fiscal.
La consultora Rasmussen (de tendencia conservadora), divulgó que el 70 por ciento de los electores espera una recesión en 2013 si el Congreso no logra detener los aumentos de impuestos y recortes de gastos que están programadas al comienzo de enero.
Según un reporte del diario electrónico The Hill, el 54 por ciento de los entrevistados consideró incluso que aunque los congresistas logren el convenio puede sobrevenir de todas formas la difícil coyuntura económica.
Otro sondeo divulgado también este miércoles concluyó que existe un creciente pesimismo de los ciudadanos acerca de una eventual solución al tema.
La empresa Gallup destacó que solo el 50 por ciento de los consultados considera que habrá un arreglo entre las partes, cuando apenas hace una semana 57 por ciento de ellos pensaba que las negociaciones tendrían éxito.
Mientras, el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, alertó que la deuda pública nacional tocará el 31 de diciembre al techo de 16,4 billones de dólares.
En una carta enviada a los líderes del Congreso, reproducida en un artículo del diario The New York Times, el funcionario dijo que de no lograrse un acuerdo en breve comenzarán a emprenderse «medidas extraordinarias» para evitar el default.
Y lamentó que este año el techo de la deuda se haya convertido en una especie de fuerte juego político, pues se complica con las negociaciones sobre la masiva subida de impuestos y el abrupto recortes de gastos federales que entraría en vigor el 1 de enero.
La Casa Blanca quiere que este asunto se trate fuera de las pláticas sobre el precipicio fiscal.
Pero los republicanos han amenazado con no elevar el techo si el presidente Barack Obama veta una ley que extiende los recortes fiscales de la era del expresidente George W. Bush para los ingresos familiares por encima de 250 mil dólares anuales.
Incluso, han manifestado su intención de utilizarlo como moneda de cambio, indicó el artículo del Times.